lunes, 23 de julio de 2018

Afectaciones sonoras y vegetales con el pretendido cambio de RO

La procesión matinal del Carmen del Perchel sirvió, aprovechando el rato que estaba el tráfico cortado,  para cercionarnos in situ de otros daños colaterales del pretendido RO, que ya superan el ámbito cofrade y algunos afectan a toda la ciudadanía.

En primer lugar, y en lo tocante a la acústica y la contaminación sonora de los espacios, llama la atención lo cercana que estará la zona oficial de procesiones de la única conexión viaria este-oeste de la ciudad. Se trata de la parte sur de la Plaza de la Marina, un vial de un intensísimo nivel de tráfico (más aún en las horas de procesiones, tanto vehículos particulares como transporte público) de una velocidad considerable para tratarse de ciudad y que lógicamente acarreará una contaminación sonora, además de las sirenas de los servicios de emergencia, hecho inédito frente a lo expedito del RO de toda la vida en este aspecto. Así, la calidad musical de los cortejos en la Marina sería más que mejorable y sin visos de solución alguna, más aún al tratarse de un espacio abierto y red básica.



Otra cuestión no baladí es comprobar cómo el nuevo RO atenta contra distintas realidades vegetales del centro de la ciudad. Se comprueba en una comparativa entre lo que actualmente existe y disfrutamos malagueños y turistas, y el montaje visual presentado por la Agrupación.

La característica del RO de siempre es que discurre en zonas sin vegetación (excepto la Alameda y sus inmensos árboles, lógicamente) y sólo se tiene que adaptar al algún árbol de la tribuna. Es curioso como Larios y Granada están libres de ninguna referencia vegetal.

No obstante, el pretendido RO obliga a destruir la mediana de la Plaza de la Marina, tanto el bordillo de obra como el bello y colorista soporte vegetal que incluye. Esta mediana tiene una doble finalidad, tanto estética como reguladora del tráfico rodado. Sin duda, un despropósito. La comparativa entre ambas fotos es tremenda.






Pero lo peor está por llegar, se trata del arbolado de reciente plantación en las calles Molina Lario y Postigo de los Abades. Todos sabemos que es una zona de alta radiación solar e intensísimo flujo de personas  en la que se han buscado árboles que por su frondosidad proporcionen sombra durante todo el año. Seguro que algún experto en botánica podría ilustrarnos por los motivos de la elección del tipo de árbol para esa zona.

En la siguiente foto, de ayer mismo, se comprueba que se trata de dos hileras de árboles que quizá en pocos años generen un espacio de sombra, frescor y olor, con ejemplares frondosos para los que se ha hecho una importante inversión (véanse los alcorques y sus protecciones) y que la presión de un entramado de sillas o palcos y sobre todo del público que se agolparía en la parte trasera de ellos, podría generar un estrés que les afecte sobremanera. Por cierto, en el montaje visual de la Agrupación siguen igual de raquíticos y desaparecen por arte de magia los del lado derecho en una filoxera virtual.




Pero las sorpresas no acaban ahí. La línea de arbolado de Postigo de los Abades, otra zona de gran radicación solar y que recibe las ramas de los árboles con sumo agrado,  parece condenada a desaparecer en la combinación de tribuna y espacio para que pasen otros tronos camino de la Aduana.

Ese entorno no podría tener nunca árboles, a lo sumo unos grandes maceteros (o ceniceros como se dice irónicamente) que para nada generaría sombra ni el olor propio de los árboles ni serían una referencia en el punto de fuga visual de la calle.

Por tanto, me permito afirmar que la habilitación de la segunda puerta de la Catedral (y la rampa que conlleva la misma), algo de lo que todos los cofrades nos congratulamos, obliga a anular la opción de que los cortejos sigan hacia la Aduana por Postigo de los Abades, por la colocación de la hilera de bancos y árboles, que caso contrario estarían condenados a desaparecer.

Así, el RO pretendido quedaría sólo con 2 salidas, Strachan y Plaza del Obispo, siendo la primera puntual para los últimos cortejos. El lógico mantenimiento de estos árboles (su corte o cambio de lugar generaría una gran polémica en la ciudadanía) hace aún menos permeable la salida del RO, y esperemos el tema no se politice con las lógicas quejas y reivindicaciones de los grupos ecologistas.




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