lunes, 17 de agosto de 2015

Antonio Cáceres, en el recuerdo. (Artículo de noviembre 2014)


En pasadas fechas tuvimos la triste noticia del fallecimiento del buen amigo y mejor persona, Antonio Cáceres, que desde su atalaya de la calle Carretería de Málaga vió pasar medio siglo de procesiones, muralla abajo, camino de la Alameda.
Antonio fue un apasiado de la azulejería, y su casa es un museo de piezas vidriadas de múltiples estilos. El año pasado vivió el percance de la rotura de parte de los azulejos de su mosaico de la Virgen de la Esperanza, que da a la calle, encargando un nuevo trabajo a Pablo Romero, con el que entabló una amistad, en base a la admiración a su trayectoria artística.
Antonio fue un adelantado a su tiempo, siendo propulsor del mural de la Pastora existente en la plaza de Capuchinos, historia, que junto a otras tuve la suerte que me contara la última Semana Santa viendo los cortejos que casi entraban en el salón de su casa.
Descansa en paz, amigo, seguro que estás disfrutando de los vidriados del cielo.

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