El taller cerámico de Alicia Guerrero, sito en la malagueña calle Zamarrilla, nos sorprende con un personal trabajo con la firma de Natalia Fernández, con el rostro de la Virgen de Lágrimas y Favores, de las Reales Cofradías Fusionadas de San Juan.
No es la primera vez que la pintora se enfrenta a representar iconos sagrados, ya que recientemente se bendijo un vidriado de Santa María de la Victoria para el Colegio Herrera Oria, de la Fundación Diocesana, o una personalísima composición del grupo escultórico de la Piedad para el colegio de la Goleta.
El mural en cuestión es una composición de 45 x 60 cm. en la que predominan los tonos azules y dorados, con un minucioso trabajo de la orfebrería, los encajes y el bordado, que reconducen la mirada al ensimismado rostro de la Dolorosa de Dubé de Luque.
Como curiosidad es la primera obra vidriada que representa a esta Virgen, una de las únicas que aún no estaba representada en mosaicos, algo que contrasta con la devoción que atesora,y la popularidad y reconocimiento desde la salida bajo palio en la mañana del Domingo de Ramos.
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