El pasado sábado tuvo lugar la presentación en sociedad del proyecto Centenario, como así lo han titulado sus autores, que supone una revolución histórica en la definición del recorrido procesional malagueño. El lugar elegido fue la casa hermandad del Huerto durante unas jornadas cofrades organizadas por la tertulia Frente a la Tribuna.
Desde mi admiración al estudio, tanto por su desarrollo, análisis como explicación, me gustaría incidir en algunas cuestiones del mismo, para enriquecer el debate. Antes, habría que partir de algunas premisas más o menos conocidas.
1.- No es un proyecto oficial de la Agrupación, sino de unos particulares, en concreto Francisco Cobos, Jose Manuel Ruiz y Aida Ferreras.
2.- El Presidente de la Agrupación comentó que hay otras propuestas, más o menos desarrolladas, y que está abierto a nuevas sugerencias, por lo que no todo empieza ni termina con el proyecto Centenario, que eso sí ha sido el que más repercusión ha tenido.
3.- El ánimo del Presidente es que ningún abonado pierda su opción a una localidad y que la entidad no está para hacer caja, pero si se consigue más espacio para sillas, será bienvenido.
Pues bien, para los menos allegados a estas materias, aclarar que el recorrido oficial o carrera oficial en otras ciudades es un espacio acotado de sillas o tribunas de pago para ver el paso de las procesiones, donde se cumplen unos horarios aproximados, siendo aproximadamente la quinta parte del recorrido que hace un cortejo, estando ubicado a mitad o cerca del final de todo el trayecto. El dinero que se ingresa por estas sillas, repercute en la tesorería de las ahora 41 hermandades agrupadas, convirtiéndose este recorrido en un plató televisivo donde se retransmite por media docena de cadenas de televisión desde el formato local al autonómico y nacional, y para todo el mundo vía internet. Por tanto, en este recorrido oficial, las corporaciones se lucen sobremanera, las bandas echan el resto, las presidencias civiles y militares surgen de la nada, aunque quizá sea el lugar menos preferido para los cofrades de a pie, entre los que me hallo.
Todas las capitales andaluzas tienen un recorrido oficial, aunque entre ellas, Málaga sea el que disfruta de vías más amplias para el mismo, lo que permite un mayor lucimiento de tronos y en especial de los cuerpos militares y bandas de música. Por establecer un paralelismo con la ciudad de Sevilla, ni Sierpes tiene la anchura de Larios, ni la avenida de la Constitución o la plaza de San Francisco hispalenses disfrutan de espacios abiertos para el público como tiene la Alameda en sus dos laterales.
Y el hito lo constituyó la apertura de Larios y la conexión con la Alameda con el grupo escultórico del Marqués. Se configuró casi si pretenderlo una alfombra de 850 metros por el que se entraba a Málaga, a su Plaza y se salía por Granada hacia las plazas del Carbón o Calderería. Un escenario perfecto, ideal para rodar anuncios como la calle Larios, con un fondo arquitectónico más o menos homogéneo, y con una megatribuna que desdibuja la esencia de la Plaza y que la convierte en continuación de Larios hacia Granada.
Incluso la Fuente de Génova, entre otros motivos, se descoloca del centro de la Plaza para dar opción a que la tribuna se ubique donde está, más o menos gigante, más o menos fea, más mamotreto que espacio de encuentro, pero que se adapta a las medidas de seguridad vigentes, acceso de minusválidos, protocolo, medios de comunicación, etc. etc.
O sea, un recorrrido oficial de sur a norte, más concreto de suroeste a noreste grabado a fuego en el imaginario de los malagueños, que vemos raro cuando una cabalgata baja por Larios o cuando en el recorrido de los Reyes Magos se habla de lateral norte de la Alameda en vez de lateral derecho. Un recorrido oficial que combina la vegetación de la Alameda con el racionalismo francés de Larios, con el fondo del Puerto y la duda de la Equitativa y el piramidón de Correos.
Y viene el metro con sus excavadoras y nos cuentan con pelos y señales la quiebra en dos tercios de la Alameda para 2016. Francisco Cobos no dejó a dudas (si los plazos se cumplen) que se pierde una gran parte del recorrido y unas 4000 sillas.
El proyecto Centenario revoluciona un siglo de sillas entrando en la ciudad desde el sur, y busca espacio para meter las miles que se pierden, en concreto en Martínez, Plaza de la Marina y Molina Lario, cambiando el sentido de los cortejos (ahora el recorrido es norte, sur, este, norte), olvidado la calle Real, o sea Granada.
Y en verdad si queremos aforo, no hay otra, no se pueden inventar calles, hay lo que hay, aunque también hay soluciones provisionales para los años de las obras del metro que no obligarían a un cambio tan radical. Los principales matices a analizar serían:
1.- El tópico de pedir la venia al principio es un argumento ciertamente absurdo ya que la misma se puede solicitar en la Alameda o donde sea el principio sin que esté la tribuna principal. Al igual que hay un palco de toma de hora, allí se puede pedir la venia de paso.
2.- En especial tengo muchas dudas de cómo quedaría la Plaza de la Constitución. Se habla de la inmensa mayoría entraría por Cisneros- Especería y algunas por Granada (como Descendimiento, Humildad, Calvario, Pasión etc.) que daría un giro por la parte de atrás de la nueva tribuna, que estaría orientada hacia el sur. Teniendo en cuenta que la fuente está donde está, calculo que se perdería una gran cantidad de aforo de tribuna (casi la mitad de lo que hay ahora), sin olvidar como dijo el Presidente el pasado sábado, las filas de sillas que hay delante y frente a la tribuna actual. Y todo ello, contando con el desembolso económico que conlleva, es decir que no es girar y cortar hierros sino que se necesitaría un serio estudio. Quizá tendríamos una tribuna más bonita, con más macetas y balaustradas, pero más al modo del palco cordobés que buscando un aforo necesario y con fácil acceso trasero de las autoridades de toda índole.
3.- Y aparte de hablar de aforos y recaudaciones está la cuestión estética y meramente procesional. En especial habría 4 hermandades a las que se les obligaría a subir, para bajar para volver a subir para volver a bajar. Y esto no es una noria, sino lo que tendría que hacer Mediadora o Misericordia, subir por el río para bajar por Larios para subir por Molina Lario para bajar de nuevo quizá por Carretería o por el Soho. Muchos metros.
4.- Aparte, como hemos comentado, se pierde la centenaria calle Granada, quizá la zona con mejor acústica del recorrido actual y sus tradicionales curvas de salida con las distintas opciones hacia Catedral o Uncibay, pero el nuevo recorrido de Centenario quita al público de a pie varias calles como Atarazanas, zona Mercado, Puerta del Mar o Molina Lario, todo ello sin olvidar los cambios que sufrirán muchos abonados.
5.- La sensación de avance que tanto necesita el hombre de trono tambien se distorsionaría, sobre todo en el absurdo Larios, Martinez, Puerta del Mar, Rotonda, que aunque separados por una tribuna crearía contaminación musical y rodeo innecsario.
6.- Todo ello sin entrar en el análisis de cómo quedará el entorno de la Catedral, con una o dos puertas y con nuevas vías como Cañón o Postigo de los Abades más propias para procesiones. Asimismo, en el nuevo recorrido coincidirían en la zona norte tanto entrada como salida del recorrido, lo que dificulta el dédalo ya de por sí estrecho.
Esto es lo que hay, un proyecto con pros y contras, una vuelta de tuerca para buscar metros cuadrados de acera, con una sabia combinación de una mejor gestión de los abonos, que como en las localidades de la NBA se puedan optimizar con un rendimiento para la Agrupación.
Ante todo ello, y con el reto que tiene la Agrupación, unidas las elecciones del próximo año, y descartando ubicar sillas en el entorno de Puerta del Mar, Felix Sáenz o Sebastián Souvirón, ya que no serían solución de aforo, quitaría vías libres y tambíen obligaría a subir por el río a las percheleras, eso sí, no tanto como para llegar a Cisneros, considero que la única opción provisional para estos años de boquete de metro es:
Alameda, Plaza de la Marina, Molina Lario, Bolsa, Don Juan Díaz, Larios, Plaza Constitución, Granada.
Es decir, cambiar los dos tercios perdidos de la Alameda por Plaza de la Marina y en Molina Lario. Bolsa y Don Juan Díaz, recuparar los metros de sillas que se perdería en calle Larios. Creo que es la opción menos traumática, menos radical, mantiene la tribuna oficial, y es la que menos afecta a la mayoría de las procesiones´.
Ahí queda la sugerencia, como no, con sus pros y sus contras, ya que en Bolsa habría que retirar un par de árboles y suprimir algunas terrazas de restaurantes, a los que quizá habría que recompensar.
Insisto, desde la admiración al proyecto Centenario, creo que somos herederos de un recorrido ya centenario de suroeste a norte, entrando en Larios a Málaga, como hacemos todos los malagueños cuando bajamos al centro.
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