Benditas y eternas obras del metro que abren de una manera definitiva el debate sobre el recorrido oficial de las procesiones. Recuerdo cómo hace una década o dos, cuando se hablaba de estos temas siempre había algún iluminado que soltaba la gracia de que las procesiones siguiesen por el Parque. Un rancio hermano mayor me dijo que me dejara de tonterías que había cosas intocables. Pues mira cómo ha cambiado todo y las redes sociales y el empuje de jóvenes cofrades ha hecho el resto. Se tomaba a broma. La Alameda, Larios y Plaza eran algo sagrado, casi razón de Estado, pero poco a poco los recorridos incluyeron dos chinas en los zapatos: la Estación de la Catedral para gran número de cortejos (con sola una puerta) y el aumento del número de cofradías agrupadas, sin olvidar cómo las procesiones se han convertido en unproducto televisivo de primer orden.
Eduardo Pastor, actual presidente de la Agrupación, pasará a la historia de esta entidad, con sus luces y sus sombras, por 4 hechos históricos y casi irrepetibles: El primero, cómo no, el Mater Dei, el segundo la incorporación de dos nuevas hermandades con las posibles novedades callejeras que aportará Mediadora y en tercer lugar el cambio del recorrido oficial tras casi un siglo subiendo por Larios. El cuarto hecho, mejor lo intentamos olvidar en el deseo de que sea la primera y última vez, que San Julián sea utilizada para un acto político.
El presidente aborda el tema del recorrido oficial sin complejos, sin miedo, al igual que la cuestión de los tiempos de paso, aunque ese aire de modernidad todavía se echa de menos en la buena gestión del orden de cada día. Los del Lunes y Viernes se han reunido más veces que palestinos e israelitas, sin llegar a ningún acuerdo. Quizá haya que buscar nuevas fórmulas para solucionar los problemas de Cautivo o Expiración. Algunos hablan de un juez único al estilo de la ACB. Algo parecido a cómo ha aparecido la propuesta del nuevo recorrido.
Se hará raro ver los tronos bajando por Larios, se echará de menos la curva de entrada en la Alameda, con el mamotreto de Correos al fondo y sobre todo añoraremos la doble curva del Café Madrid, pero creo que nadie llorará por el cambio del sambódromo, que recuerda a aquella Copa Davis que se celebró junto al Carpena.
El bendito google earth habla de 860 metros para el actual recorrido. El aforo tiene sus mayores repuntes en la Alameda, Plaza de la Marina y Tribuna, ya que en Larios y Granada caben los que caben. Casi un siglo con el Marqués viendo llegar los tronos en una carrera oficial, que se dice en el resto de Andalucia (qué curioso cómo los malagueños siempre somos distintos y originales en todo) con tres curvas que tenemos a fuego en las retinas: la de entrada en la Alameda, bien a derecha o izquierda, con su peralte incluido y sus sillas de playa, el gran giro apagacandelerías de la Rotonda y la doble curva final de la Plaza de Spínola. Más o menos, hora y cuarto al ritmo acostumbrado de Málaga.
El nuevo recorrido, el que ha saltado a las redes sociales parte de la Plaza, donde se pide la venia, el espacio emblemático de la ciudad, y la mayor ventaja es esa, que la tribuna debe adaptarse y encogerse de manera exponencial para convertirse en un palco grande, al modo del resto de Andalucía. O sea, que toca fastidiarse a aquéllos que tienen un palquito. Espero que nadie saque los pies del tiesto y hable de derechos adquiridos. Sería tan absurdo como si el Mocito Feliz reclamara salir en todas las fotos de Málaga.
Nuevo recorrido de sillas de unos 800 metros o poco más, casi la misma distancia que ahora pero con el matiz de que empieza en el norte del centro y acaba en el este o el norte, obligando quizá, a las hermandades percheleras a un esfuerzo añadido de metros.
Así, de la Plaza (ya se verá si por uno o dos accesos, o sea si por Especería sólo o también por Granada), se bajará por Larios (curva 1), más abajo curva 2 hacia Martínez, más tarde curva 3 hacia Puerta del Mar, luego curva 4 al centro de la Alameda y luego esquivar la Rotonda hacia el final de la Plaza de la Marina.
Un poco enrevesado pero es lo que hay, no hay más calles por inventar y a Dios gracias que tenemos Martínez para recuperar los metros que se pierden en el primer tramo de la Alameda, que hay que recordar que no son oficiales para las procesiones hasta los años 60 del siglo pasado.
Las dudas son muchas pero la propuesta suena bien. Seguiremos con nuestra bóveda arbórea que patentó Rafael Acejo en un millón de retransmisiones o la avenida de los tronos que dice el entrañable Coco, eso sí, un poco más corta. Quizá haya duelo de tronos, como la serie sevillana, (tanto hablar de pasos y mira tú ahora cómo se venden al capital extranjero) en los sonidos de las bandas que bajan por Larios con las que están por la estatua del Marqués, y sobre todo me asaltan las dudas de si todas las cofradías subirían por Molina Lario hasta Plaza del Obispo (las que hacen Estación casi seguro que sí, esperemos ya con la segunda puerta habilitada, que se convertirá en la primera).
El final del recorrido se vaticina en la antigua Diputación, y no sé cómo quedaría un giro hacia el Soho de cofradías como la Misericordia o Humildad y Paciencia, aunque la zona está cambiando y la calle Vendeja se puede poner de moda, como Madre de Dios.
En fin, ríos de cibertinta es un tema que nos apasiona, aunque luego no tengamos sillas de abono ni veamos nunca las procesiones por esta zona, a lo sumo la Expiración sentados en plan ocupa. Eso sí, no olvidemos que el recorrido oficial malagueño es abierto, como la ciudad, cualquier turista más o menos despistado puede verlo de pie de los laterales de la Alameda. Es algo que no se puede perder, que sea zona diáfana tanto lo que resta de Alameda como la Plaza de la Marina, porque en el resto es imposible. Y si hay que sacrificar aforo, se sacrifica, esperemos que no. Málaga y la Agrupación de puertas abiertas, sino sí habría motivos para la queja. La Plaza de la Marina no puede ser la parte de atrás de un gran graderío. Ah, y sin olvidar dónde se instalan Policía, Protección Civil, Ambulancias, etc. Quizá en la entrada del Puerto. Y mis amigos del Rico… que se vayan pensando pisar Carretería.
Otra cosas, por favor, cuidemos los detalles. Especería y Molina Larío, son y se escriben EN SINGULAR.
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