Pasan los meses y los meses y la vegetación va tapando dos magníficos murales cerámicos de Juan Ruiz de Luna y de su hija Amparo, en concreto un mosaico del Cautivo, el Señor de Málaga datado en 1965 y una pieza posterior de la Soledad de San Pablo de 1989.
La situación es absurda e insostenible, como si un semáforo no nos mostrase sus luces indicativas por estar cubierto por ramas, y sobre todo es una falta de respeto para estos dos recordados artistas.
Queda muy típico que el Cautivo y la Trinidad vayan hasta la cintura de flores en la mañana del Sábado de Pasión en su traslado al Hospital Civil, pero ya está bien, que vaya algún profesional con una podadora porque sino algún espontáneo va a acabar cargándose la planta con una poda irregular a tirones.
Parque y Jardines, dense por aludidos y en pocos días nos llevamos una alegría.
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