domingo, 25 de octubre de 2015

Primer rosario vespertino de Ntra. Sra. de la Dulce Resignación y Esperanza.

Sábado 24 de octubre. 6 de la tarde, parroquia de la Trinidad, (no confundir con la de San Pablo, que es donde está el Cautivo, sino la que hay tras el arco de la bajada, o subida según se mire, de la Calzada de la Trinidad, justo más arriba del final de calle Trinidad, donde la casa hermandad del Cautivo y el mercado de Bailén.

Pues bien, la parroquia de la Trinidad  es un espacio añejo, con solera, amplísimo, junto a un futuro museo olvidado, con una feligresía mayor, en parte en un entorno despoblado y pobre, como el de la Colonia San Eugenio, pero por contra, muy cercano al Hospital Civil y a las entrañables monjas clarisas.

Ha llegado nuevo párroco, con ganas de impulsar la parroquia, y deseo de atraer gente joven, según se desprende de las iniciativas cofrades que están viendo sus frutos. De entrada, la parroquia de la Trinidad se ha tirado décadas y décadas sin ningún proyecto cofrade, sólo el culto interno a la Virgen de la Paz, muy mejorado en los últimos años, todo hay que decirlo. Pero falta una proyección externa de las devociones del barrio, y ésto ha venido con Don Andrés, que de manera certera tiene una visión distinta de cómo trabajar con la gente joven y la ilusión de los mismos en clave cofrade. Hay que poner la iglesia de la Trinidad en el mapa, y sobre todo, debe ser conocida en toda Málaga, y no andar con explicaciones, como las mías de la introducción.

Si el próximo sábado 31 tras la misa de 19 horas se inaugurará la capilla de Buena Fe y Llaga en el hombro, la confraternidad que por fin encuentra sede en un templo de manera definitiva, sin olvidarnos de los rocieros y su flamante y cercana casa hermandad, ahora le toca el turno a una sencilla y elegante Virgen que procesionó en rosario vespertino.



El rosario se podría titular, El reto de rezar en la calle o la elegancia de la sencillez.  Lar procesión nos  traladó a siglos pasados, cuando un grupo de devotos paseaban una virgencita por callejas, acercándola a los vecinos entre rezos y Misterios. Recordó a la primera salida de Dolores del Puente por aquel arruinado Perchel. Unas andas simples, 6 candelabros y un exorno floral en blanco para una talla de escuela malagueña, ciertamente valiosa, en tamaño académico, que invita a mirar su cara y sus manos entrelazadas. Sin duda una joya de devoción doméstica, que a partir de ahora se venerará en la nave izquierda del templo, con la original y reflexiva advocación de Dulce Resignación y Esperanza.

Unos pocos devotos con velas pequeñas, cuerpo de acólitos y un tambor de cola fueron el sencillo cortejo que sorprendió en un recorrido corto, que atravesó el mítico arco de la Colonia San Eugenio, tan encantadora como decadente, siendo un espacio que debe tener una protección especial, como el convento y su entorno, por el valor antropológico del mismo, hecho que queda reflejado en el mural cerámico con la normativa convivencial del mismo.


Reto de la oración callejera. Reto y grandeza, como el impacto ante un grupo de personas que cantaban y palmeaban en un cumpleaños en la Colonia, y que enmudecieron al ver pasar tan sencilla y resignada a una Virgen tan pequeñita ... tan grande.

Enhorabuena al padre Andrés. Se ha plantado una semilla, que seguro irá floreciendo día a día en la parroquia.

He aquí un par de videos del rosario.




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