lunes, 31 de julio de 2017

Nuevo ataque al mosaico del Carmen de Huelin.


De nuevo le han roto la cara al mosaico de la Virgen del Carmen de Huelin.  A su Hijo, o sea a Jesucristo también lo abofetearon, injuriaron y acabaron matándolo. De nuevo, con cobarde nocturnidad atacan una obra de arte. Visto el procedimiento puedo suponer que es el mismo individuo o individua (apostaría más por un hombre) que se lo cargó hace un par de meses. El trabajo de restauración sólo ha lucido unos días.

Esta mañana he estado hablando con directivos de la hermandad, devotos y vecinos en general, y todos llegamos a la misma conclusión. El mosaico no le hace daño a nadie, al contrario es consuelo para muchas personas que se paran y le rezan. Por tanto atacar el mural es como si atacaras a un perro lazarillo que guía a un invidente.

Además, romper este mosaico es atentar contra la tradición, la cultura y el turismo de un barrio centenario.  Al atacar el arte y el turismo del barrio atacas a todos los comerciantes de Huelin. Es romperle la cara a generaciones de vecinos de Huelin, que han sido o son pescadores, operarios de las múltiples fábricas que había en el entorno o son actuales residentes, en un barrio acogedor que recibe a gente de toda España. Por tanto, individuo rompemosaicos, estás sólo frente a una multitud a la que no respetas, como en la Alemania Nazi donde molestaban los símbolos de algunos conciudadanos y mira cómo acabó todo.

La persona que hace esto tiene bien un problema mental o bien está llena de odio, o incluso las dos cosas juntas. Además es un inculto porque está atacando una obra de arte.

Y ya sabe, no nos vamos a aburrir. Este ataque incrementa la devoción en la Virgen, y hoy mismo ya vamos a contactar con el ceramista Patricio Zabala para rehacer los azulejos rotos.

Si el individuo rompeazulejos lee esto, le digo que no nos cansamos, y sobre todo y quizá mal que le pese, todos rezamos por él, porque es un alma atormentada que ataca al más débil, a una Madre con su Hijo en la soledad de la noche.   La próxima vez que te dé un ataque de ira, date cabezazos con una farola.



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