Pasará a la historia como el Regidor que más ayudó a las cofradías y más la vivió en las calles, de una punta a otra de la ciudad, desde Churriana a el Palo, pasando por Martiricos o el centro de la ciudad. Nuestro alcalde vive la Semana Santa (aunque muchos lo critiquen por tocar tanto el martillo), pero cuando da con el mazo se nota que le brillan los ojos de alegría y tal vez sea una de las cosas que más eche de menos dentro de unos años. Seguro que alguna cofradía seguirá teniendo esa deferencia, ya que es de bien nacidos ser agradecidos, y ahí está el gran trabajo de los Servicios Operativos o la cesión de terrenos para casas hermandad.
Se nota que el Alcalde disfruta entre capirotes. En la foto tenemos un ejemplo. Gracias con Francisco de un cofrade.
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