jueves, 28 de octubre de 2021

El Parque de Málaga y las procesiones.

 

La imprevista lluvia del Miércoles y Jueves Santo de 2019, los agujeros de la obra del Metro y más tarde la pandemia, cerraron en falso el debate sobre el nuevo recorrido oficial de las procesiones que se estrenaba aquel año. No es cuestión de repetirnos, pero hubo consenso sobre el protagonismo de la Catedral y su doble puerta, aunque con matices sobre el trayecto por el interior de la misma. Todo lo demás creó dudas, unas mejorables de mobiliario y otras estructurales de seguridad y por el trazado enrevesado escogido. Se trata de un círculo muy televisivo, pero poco o nada operativo para la inmensa mayoría que no tenemos ni queremos sillas, incluidos los efectos colaterales, como la pérdida de Carretería o de media Alameda.

En otoño de 2021 la Agrupación propone un recorrido para la tan esperada Magna con motivo del Centenario, condicionado por la pandemia, que aporta nuevos datos sobre los trazados procesionales acotados.  En una situación normal quizá el trayecto sería similar al de procesiones previas como el Mater Dei o la de la Victoria, pero en la búsqueda de espacios amplios aparece un nuevo marco en escena: el Parque de Málaga y los alrededores del Ayuntamiento, y sobre todo, y por primera vez en la historia de la ciudad, las calles Granada y Marqués de Larios, además de la plaza de la Constitución  dejan de ser ámbitos oficiales, algo parecido a lo que ocurrió hace tiempo con la cabalgata de Reyes Magos.

Recuerdo hace unos años un entrañable hermano mayor haciendo bromas sobre la disponibilidad del Parque para las procesiones. Dijo en una mesa redonda, entre risas, que llegaran los tronos hasta la fuente de Torrijos y se diera allí la vuelta, que ahí cabrían muchas sillas. Décadas después, no andaba tan descaminado, sin saberlo.

La Plaza de la Marina tuvo su estreno oficial en 2019 (muy mejorable estéticamente, eso sí), y ahora en el ilusionante proyecto del 30 de octubre aparecen en escena medio kilómetro de la recta del Parque y un posterior callejeo por los alrededores del Consistorio por Av. de Cervantes, Roma, (Jardines de Pedro Luis Alonso, Jardines de Puerta Oscura, Alcazaba), Guillén Sotelo, Travesía Pintor Nogales, Plaza de la Aduana y Cortina del Muelle. Finalmente cambia la calle Roma, secuestrada por aparcamientos privados de los munícipes.

Estas nuevas vías, sólo usadas en parte por el Descendimiento cada Viernes Santo, acercan los cortejos al antiguo ABC del Ayuntamiento, Banco de España y Correos con la continuación de la bóveda arbórea y el reclamo estético de la ladera de la Alcazaba, la Aduana y los prolegómenos del Teatro Romano.  

Por tanto, a los cofrades que tanto nos gusta debatir siempre en positivo, nos aparecen nuevas variables de trabajo. Surge un nuevo escenario que tendrá una prueba práctica el sábado 30, si el tiempo lo permite. Habrá que ver si esta nueva opción podría ser usada anualmente en Semana Santa o si solo es una excepción en tiempos excepcionales, quizá la próxima Semana Santa para acabar con los coletazos del virus. De entrada, y desde un marco teórico se intuyen pros y contras de cambiar de manera definitiva el recorrido de 2019 por el nuevo de otoño de 2021.

 

1.- El recorrido del Parque es más extenso y se aleja más hacia el oeste de la ciudad. Por tanto será un mayor esfuerzo para las comitivas que vienen desde lejos pero por otro lado dará mayor facilidad para el acomodo de las sillas cumpliendo las medidas de seguridad. Tan fácil como medir metros, curvas, etc.

 2.-  Desde el punto de vista de seguridad, al ser casi una línea recta con parte de un regreso en paralelo, genera muchos menos puntos negros y separa claramente la zona oficial de las calles no acotadas, que quedan principalmente al norte y oeste de la ciudad. 

3.- Desde la perspectiva de comercios y restaurantes, libramos calles de los trastornos de la colocación de sillas, tanto de manera directa como indirecta. Así, todo el entorno de Larios, Plaza, Cisneros, Granada, Martínez, Atarazanas, etc. no se vería tan afectado tanto en horario de procesiones como en las mañanas por la acumulación de mobiliario

4.- Desde el punto de vista de movilidad, dejaría expedito el eje Granada-Larios tanto para público como para cortejos en ambos sentidos. Sería una democratización cofrade de la señorial calle Larios para todos los malagueños. Una vía norte sur que desatoraría la ida y venida desde el nuevo recorrido oficial.

5.- Desde la visión de las Estaciones de Penitencia en la Catedral abriría la opción a realizarlas en ambos sentidos, bien entrando o saliendo por Patio de los Naranjos o Postigo de los Abades, según los intereses de cada hermandad o jornada. Además, y quizá más importante aún, las Estaciones en la Catedral pueden librarse en cierta medida de la influencia de la propia zona acotada, volviendo a ser un espacio independiente y con otro tipo de público.

6.- Desde el punto de vista simbólico se incluiría el ayuntamiento en el trazado oficial, con todo lo que conlleva en la organización de protocolos varios. Así el recorrido acotado incluiría los dos edificios principales de la ciudad, como son el  consistorio y la Catedral, y por otro lado, la línea recta con regreso final proporcionaría un sentido de avance de las comitivas, con la sensación de avanzar a dos lugares concretos (una estación civil y otra religiosa) y regresar a las sedes de partida.

7.- Quizá el mayor inconveniente sería cómo podría afectar al Parque, como espacio botánico una masificación de público. Algo parecido vemos cada año con los puestos navideños, las jornadas gastronómicas, etc. Pero en este caso estaríamos ante un reto que quizá obligaría a acotar distintas zonas verdes para no ser invadidas por el público.

En resumen, una gran número de variables que quizá se aclaren en parte en la procesión Magna. Esperemos que sea para bien, para una Semana Santa del segundo cuarto del siglo XXI, segura, abierta al mundo, accesible y televisiva, con una zona oficial al este del centro de la urbe, dejando libre todo el entramado de la almendra para el callejeo de cortejos y público.

Quizá sería volver a la esencia de los suntuosos desfiles procesionales malagueños de los que se hablaba hace un siglo, procesiones de calles amplias donde lucir nuestros tronos únicos y diferentes a los del resto de Andalucía, y como contrapunto el callejeo previo o posterior de los mismos por la almendra urbana y barrios anexos.

De entrada, y a botepronto me quedo con esta nueva propuesta para siempre. 




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