viernes, 21 de febrero de 2020

Presentación del cartel Esperanza y Refugio 2020.





Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,

Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia santificación.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar,
y perfección al acabar.
Amén.





Venerables ancianos, estimados amigos todos:

Supone para mí un inmenso honor ocupar el atril de esta histórica y recoleta capilla, en la redonda cuaresma del 2020, bajo el coro celestial de esta cúpula, protegidos por la mirada maternal de Ntra. Sra. de los Ángeles que acuna a su Hijo; el saludo del Resucitado a la Magdalena Noli me tangere, (no me toques); y el ensimismado dolor de una bella Dolorosa que es Esperanza y Refugio de los Ancianos.



Hará un mes me llamó mi buen amigo Álvaro Olea y me dio la buena nueva de que me tocaba presentar este año el cartel de la salida procesional, noticia que intuía por su tono de voz, y más aun estando, como estoy, en el club del grupo de riesgo de los pregones de vísperas.

Ya he viajado por muchos atriles periféricos: del Tarajal, la Calzada de la Trinidad, Dos Hermanas, Huelin, Miraflores o Carranque. Aquí mismo estuve hace unos años presentando una salida procesional de la Virgen de las Delicias. Ahora toca anunciar lo que acontecerá el próximo sábado 28 de marzo, cuando de nuevo se tiñan de capirotes morados las calles de Miraflores de los Ángeles.

Este año se estrena en la nómina de pintores cofrades un joven perote, o sea de Álora, de 21 años (justo, la edad de mi hija que está ahora de Erasmus en Suecia). Se trata de Juan José Postigo Lobato. Ahora mismo combina el trabajo con los estudios en la Escuela de Arte de San Telmo en Málaga. Recientemente se graduó en Reproducciones Artísticas en Madera y en la actualidad cursa el Grado Superior de Dorado, Plateado y Policromía. Por ahora su nómina de encargos es limitada (simplemente porque no le dado tiempo material por su juventud). Solo, como anticipo, el cartel de la Pollinica de Álora y una felicitación navideña del Carmen del Perchel. 
 
Comenta que su referente artístico es el escultor veleño Israel Cornejo y su faro devocional la Virgen de los Dolores Coronada de Álora.

Hay una ley no escrita que dice que lo primero es destapar el cartel, y no dejarlo para el final. Por tanto invito a su autor y al hermano mayor a que suban, y que Juan José nos describa los pormenores del mismo.

Una segunda ley no escrita para este tipo de actos es la de la brevedad, la concisión, y sobre todo evitar las palabras huecas. Está prohibido caer en los tópicos del azahar, el incienso o la primera Luna llena de primavera.

Personalmente, suelo aprovechar oportunidades como ésta para reflexionar en voz alta sobre el sentido que tiene un proyecto cofrade en un barrio en el siglo XXI. Qué aporta al entorno, a la ciudad y especialmente cómo puede enriquecer espiritualmente a sus propios integrantes.
Además, qué suma para la Iglesia diocesana de Málaga, y verdaderamente si somos consciente de la importancia de lo que nos traemos entre manos, lo transcendente de todo esto. Quizá en la vorágine de la Cuaresma no nos da tiempo a pararnos y reflexionar.
Darnos cuenta de lo que representamos, de los que nos antecedieron dando la vida por su fe, como nuestros Patronos Ciriaco y Paula, que según cuenta una leyenda, sus cuerpos reposan por aquí cerca.
La tercera ley no escrita es la de acompañar las palabras con la música, la buena música. Así que doy paso a los sones cofrades que nos van a envolver a todos.




Esperanza y Refugio es la procesión de los contrastes.

De la juventud bajo los varales o en las filas de nazarenos, frente a la ancianidad desde una silla de ruedas;

De la naturaleza de una montaña que se desparrama, frente a un barrio de inmensas torres de ladrillo visto;

De la vista impresionante de Málaga y su Catedral, con el mar en la línea del horizonte, frente a la oscuridad del túnel al regreso;

Del romero silvestre en la montaña, frente a certeras petaladas desde una planta 12, con cálculo incluido de  dirección del aire para atinar en la ofrenda. 

Sin duda, estamos en un entorno privilegiado. Esta hermandad de vísperas no es más de lo mismo, no es un corta y pega. Aquí el espacio nos interpela y nos invita a dar testimonio de fe, nos invita a bajar a Málaga, a unos barrios que nunca antes vieron procesiones pasando junto a sus portales o bajo sus ventanas, o incluso nunca vieron un trono, girando justo donde están sus coches aparcados.
La Semana Santa ya no es algo distante en el centro y los barrios de alrededor. La Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios ya ha salido como kerigma, como anuncio, a la periferia, los apóstoles han iniciado su caminar, yendo al mundo entero y proclamando el Evangelio. La predicación cofrade se hace extensiva a los barrios, a los gentiles, y como San Pablo iniciáis un año más un viaje aventurado.

Así, el barrio de Miraflores se asombra con una Virgen de dolor sereno que alivia su pena con cera rizada y un palio que le ofrece suave brisa; o unas semanas después se estremecerá con un Cristo implorante y de rodillas con el cuerpo llagado.
Los coches de la avenida quedan atónitos al ver bajar un trono por la empinada cuesta, con un palio desafiando la ley de la gravedad, y hasta el arroyo de los Ángeles parece crepitar bajo su bóveda de cemento cuando oye el pisar acompasado del centenar de portadores.

Los nazarenos parecen piezas de ajedrez que hacen un jaque a la Reina de Miraflores en el tablero geométrico del patio del asilo; los capirotes temblorosos esperan la salida desde la capilla donde el incienso se convierte en la niebla que cubrió el monte Calvario, momento en que el hermano mayor dirige una oración y da la orden de salida.



Agradezco personalmente que todos los años me dejéis estar en esta íntima salida, momentos de nervios e impaciencia, donde siempre acabo amarrando cíngulos, componiendo capirotes, anudando cordones de zapato o abriendo cajas de velas con un cúter.  

Crujen los goznes de una vetusta puerta marrón y la luz desborda el espacio sagrado, en un arco iris visual generado por la lámpara de lágrimas de cristal. El reloj de la espadaña da la hora justa de la salida y los corazones de los portadores y portadoras (que diría un político) se aceleran con el aviso metálico de la campana, como genuino sonido de Málaga.

Se levanta el trono, el palio se estremece y suena la primera marcha. Esperanza y Refugio fue pionera en la inclusión de mujeres en los varales, sin aspavientos, con naturalidad y así es todos los años.  El trono comienza a bajar, pero parece no querer despedirse de los ancianos que observan y acompañan desde el patio, las ventanas o desde el recibidor.
Por unas horas van a compartir la Virgen, su Virgen que va a ser Esperanza y Refugio de Todos. Así, de nuevo nosotros volvemos a oír sones cofrades que nos recuerdan el inicio de la bajada de la cuesta.


Las barras de madera del palio parecen árboles de la ladera del arroyo;
La pintura de la gloria del techo de palio roza los murales pictóricos del túnel de la autovía, donde unos niños se columpian eternamente;
y el blanco exorno floral de la Virgen es un guiño a la vegetación primaveral de la ladera, por la que algún fotógrafo más de un vez se ha jugado el tipo.

El cortejo avanza, a buen ritmo. El bar Candelaria sigue abarrotado, aunque algunos nos salimos para apurar el sombra o el mitad con una ración de churros, mientras gira la Virgen hacia la parroquia de Miraflores.
Los niños no se inmutan en los columpios junto al parking subterráneo, y el barrio por unos minutos parece despertar del letargo de un sábado por la tarde. Los comercios de chinos hacen su agosto en pleno marzo con el público de la procesión, y para colmo algún coche despistado intenta colarse entre las filas de nazarenos. Nunca se reconocerá lo suficiente la labor de las comisiones externas.




La comitiva es una propuesta barroca de fe y devoción en una sociedad anestesiada, donde muchos de los espectadores quizá ni sean católicos o estén muy alejados de la Iglesia, de ahí el inmenso reto que tenemos al dar testimonio público de fe.

El crisol de nacionalidades del barrio se asoma entre sorprendido y curioso. Madres musulmanas miran a María, también con la cabeza cubierta por un pañuelo. Los vecinos sudamericanos seguramente se acordarán de las respectivas patronas de sus países, como Coromoto, Luján o Guadalupe. Otros vecinos quizá recuerden las procesiones de sus pueblos, mientras los ecos de la banda de música se meten entre el laberinto de las inmensas torres.

Van pasando las horas y cae la noche, cuando en otro rincón de Málaga se está pronunciando el Pregón Oficial de la Semana Santa de Málaga. En el Cervantes se habla de Semana Santa pero aquí en Miraflores en esos mismos momentos se vive, se siente, se ve,  se palpa, se huele y se paladea la Semana Santa.

Ahora que no nos oye nadie os cuento un secreto que pocos conocen.

¿Quiénes son los primeros responsables de esta maravillosa historia? Las hermandades de víspera no surgen por generación espontánea, sino que hay una levadura que consigue que la masa fermente y se convierta en un pan que quizá nos haga conocer a Jesús, como los Discípulos de Emaús.

Pues bien, no se lo digáis a nadie pero hará poco más de una década, allá por 2008, mis buenos amigos Joaquín Pozo, Alan Antich y servidor subimos en bici por aquí (y eso que la cuesta se las trae, y hay que meter plato chico)  Nos topamos en la cima con este maravilloso lugar, que antes sólo conocíamos de pasada en coche por la autovía. Pegamos en el porterillo y por arte de magia se abrió el portón.

De inmediato nos recordó a la capilla del Monte Calvario y el viacrucis del Cristo Yacente de la Paz y Unidad, que va desde la Victoria por la calle Amargura. Luego los acontecimientos fueron desencadenándose con la entrevista con Luis Plaza, y la iniciativa de que subiera la Virgen de la Candelaria en procesión para visitar a los ancianos y quedarse una semana con ellos. La idea le entusiasmó a Luis y también a la buena gente de Medinaceli, aunque era un reto muy complicado. Aún recuerdo la expectación de la primera llegada de la Virgen en unas pequeñas andas y la emoción tanto de los ancianos y sus familiares, como del personal del centro.




Joaquín, el campanero ahora en el cielo, no dejaba de replicar las campanas de la espadaña ante la alegría de que la Madre de Dios visitara su Asilo. Eran un replicar de júbilo, que seguramente se oyó en todos los confines de Málaga, desde el Palo hasta Guadalmar.
Costó trabajo convencer a Luis de que la Virgen tenía que regresar a su sede en Santo Tomás de Aquino, pero de aquella experiencia surgió otra maravilla como fue el encargo del Resucitado de Juan Vega.

Un año después subió el propio Cristo Medinaceli y posteriormente surgió la iniciativa de tener una Dolorosa propia todo el año. Creo recordar que acompañó en la subida una banda de cornetas y tambores de San Pedro Alcántara, con la anécdota de que Enrique, el legionario, que también nos ha dejado hace poco, pasó revista a los uniformes de los músicos, algunos con algún botón desabrochado por el esfuerzo de la subida de la cuesta.
Por tanto, una vez más me permito afirmar que la Providencia, la Divina Providencia, mueve unos hilos invisibles que hicieron y que hacen posible que hoy estemos aquí. No hay otra explicación posible.

De nuevo es momento de la música. Les oímos.               


    
Quisiera que al terminar el pregón os fueseis con algunas ideas fundamentales que dirijo tanto a los venerables ancianos residentes aquí como a los cofrades del Asilo.

1.- A los Ancianos os invito, que en la medida de vuestra posibilidades (que me consta que son muchas) seáis fiel reflejo del Anciano Siméon, que como nos relata el evangelista Lucas tenía siempre una mirada de esperanza en el Mesías, espera paciente para ver la salvación que has comenzado a realizar ante los ojos de todas las naciones, la luz que alumbrará a los paganos y que será la honra de tu pueblo Israel.

Aunque la sociedad lance mensaje negativos, y haya puñales que atraviesan el corazón, como el descarte o la maldita eutanasia, ser anciano es un regalo de Dios por una vida vivida en plenitud, ellos son el tesoro de una sociedad que debe devolverles lo que han aportado con tantos años de esfuerzo y trabajo. Por cierto, una cosa que nunca se cuenta en los medios: ¿Sabéis qué estado fue el primero en aprobar la eutanasia?:  … La Alemania nazi de Hitler.

2.- También les digo a los Ancianos que sean como Ana, la suegra de Pedro,  que una vez tocada por Jesús, sanó de su enfermedad, y de inmediato se puso a servirles a todos. O sea, que en todo momento, en toda circunstancia todas las personas son válidas y necesarias, y más aún los ancianos que atesoran un poso de experiencia y sabiduría, que vosotros cofrades del Asilo debéis saber apreciar y conservar.




3.- Y finalmente me dirijo a los cofrades de Esperanza y Refugio. Sabéis que no tengo problema para decir las cosas, para no callarme lo que pienso, y no me escondo en las redes sociales con seudónimos.

En mi casa me dicen que a veces me meto en demasiados charcos y quizá tenga razón, que es mejor no moverse para salir en la foto, pero por otro lado no soy un cofrade pusilánime y menos aún un católico tibio y que se pone de perfil. La tibieza, la comodidad y el egoísmo son enemigos del compromiso de todo creyente, que está llamado a ser apóstol y anunciar el evangelio de muchas maneras.

Por ello os digo, que sigáis en la lucha, sois un referente en las procesiones de vísperas, con sus luces y sus sombras que haberlas hay las, claro está, más de las primeras que de las segundas.
Me consta que ha habido discrepancias, algo normal por otro lado en todo colectivo humano donde hay una jerarquía y una organización, pero ante todo os reto a que sigáis en esta línea, que seáis Iglesia con mayúsculas, Iglesia que peregrina en la periferia, como diría el Papa Francisco, y que continuéis dando testimonio público de fe en el día a día en el Asilo, que quizá no tenga las comodidades cofrades de una flamante casa hermandad pero sí tiene un poso de historia y hasta un pozo en el patio que conecta con el cauce del arroyo.

Os invito a que sigáis bendiciendo estos barrios con una comitiva a la que abre camino una cruz guía que debe ser la senda de misericordia de Jesucristo, y que tiene como faro de referencia para llegar a buen puerto la fachada del Asilo en las alturas.

Os invito  a que sigáis dando nombre a este asilo, a veces perdido de todos menos de Dios, y que solo es noticia por deudas y no por bienaventuranzas,  en el maravilloso contraste que proponéis de una alegría contenida en primavera y de un riguroso rosario vespertino en otoño.    

Os invito a incidir en la formación cristiana. Las cofradías somos finos y transparentes hilos de pesca del que muchísimas personas siguen prendidas, y es todo un reto, en los tiempos de corren, hablarle de Jesús y de su Madre a todo el mundo que se acerque por aquí. Esos hilos transparentes sirven para amarrar ánforas a los cajillos pero también para pescar almas.



Os invito, como decía hace una semana el Evangelio de Mateo, a que seáis la sal y luz del mundo. Sal, humilde, que se disuelve, que no se ve pero que es imprescindible para el sabor y que evita la putrefacción; y luz que venza las tinieblas del pecado.
Os invito, o más bien os reto, a que más pronto que tarde, sin prisa pero sin pausa, se incorpore un titular cristífero a esta maravillosa historia. A Jesús por María, pero ante todo, Jesús. Me consta que sois capaces de eso y de mucho más.

Sois válidos de mucho más, incluso si os lo proponéis, sois capaces de cumplir el sueño de Luis Plaza de que este Resucitado, tenga un culto externo, un via-lucis en Pascua, porque no tiene que ser el Domingo de Resurrección. Quizá el día perfecto sería el domingo siguiente, el de la Divina Misericordia. Ahí lo lanzo.

Os invito a dar testimonio de Ayuda a la Iglesia Necesitada, memoria y compromiso de los cristianos que sufren por su fe en muchos rincones del mundo, desde Venezuela a Nigeria, pasando por China, Siria o Sri Lanka.

Para ello os doy estas pegatinas para que lo testimonien en la candelería del trono de la Virgen y un lazo en la campana del trono.   

Os invito, en resumen, a vivir la vida cristiana en clave cofrade, sin aspavientos, con naturalidad, alegría, y esperanza,

Os invito a ser como sois, pero cada día un poco mejores.
Y finalmente os invito a todos a acabar escuchando de nuevo a la banda.    Muchas gracias.



             

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