domingo, 5 de mayo de 2019

15 días desde que acabó la Semana Santa y el Postigo de los Abades sigue siendo un erial.

Tras dos semanas, ni los bancos ni los naranjos de Postigo de los Abades han vuelto a su lugar. Lo que podría ser un lugar para sentarse a la sombra y descansar (como en el momento de esta foto sobre las 10.30 de la mañana de hoy) se convierte en una triste pista de patinaje o aterrizaje sin ningún tipo de referencia visual y a las horas de canícula empezará a ser una tortura con el calor que se desprenderá del suelo.

Todo esto es símbolo de la decadencia a la que está llegado Málaga por la pésima gestión municipal, que rápidamente recoloca las terrazas de los bares (a los 5 minutos de que pase una procesión) pero que deja pasar 2 semanas sin que haya opción para sentarse de manera gratuita (y no pagando una consumisión) y disfrutar de las vistas de la Catedral.

Lo de los naranjos es punto y aparte. Hay rumones (no sé si ciertos) de que no van a volver. Doble gasto, ya que se invirtió en unos alcorques minúsculos, que por su escasa profundidad no dejan crecer las raíces como es debido. Por tanto, es el momento de profundizar esos alcorques y plantar unos árboles que crezcan frondosos, una vez comprobado, por otro lado, que no estorban para la rampa de acceso a la Catedral. Las dos cofradías afectadas en 2019, pueden dar un pequeño rodeo, uno más.

Como cofrade. pero sobre todo como ciudadano, pienso, que un recorrido procesional (que tiene otras opciones) no puede afectar el normal crecimiento de una línea de árboles. En Semana Santa hacemos uso de la ciudad, pero el uso no debe convertirse en abuso.

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