miércoles, 16 de enero de 2019

El abonado de las sillas: Una oportunidad, no un problema.

Ayer tuvo lugar una histórica rueda de prensa de la Plataforma de Afectados por el nuevo RO.  En este enlace pueden ver el video del comunicado que se ha leído en ella. Fue sintomático el hecho de que la reunión tuvo lugar en una sede vecinal de un barrio cofrade y humilde, como la Trinidad, vamos, que no tuvo lugar en el reservado de una bodega de lujo.

https://www.facebook.com/ConflictoSillasMalaga/videos/2224654987855333/

El conjunto de los 5 mil y pico de abonados que ocupan las 25 mil sillas (más o menos) es diverso y nunca ha tenido voz ni voto. Es más, nunca se ha hablado de ellos ni se les ha puesto cara. Son, han sido, como el público virtual de los juegos futbólísticos de ordenador. Era una realidad intangible, que gracias a la tormenta perfecta del nuevo RO ha despertado en defensa de sus derechos, y reconocimiento como tal.

De los abonados nunca o casi nunca se habla en los pregones (regalo la idea a Paloma). Pocas veces se alude a la incomodidad que ha sido estar sentados y encajonados muchas horas en sillas de madera, con frío o sol, criticándose recientemente que sólo están para comer pipas o llevarse la cena, generando basura, o que dejan a ciertas horas sus sillas vacías. Para colmo, pagan por ver procesiones que se pueden ver gratis en muchas otras calles.

Y estos abonados (cojan la calculadora) han aportado a las arcas agrupacionales un montón de millones de euros en las últimas décadas, fondo fundamental del que se nutre la Agrupación, ante una realidad que casi seguramente en muchos casos sea más cómoda y fácil de "consumir" por las retransmisiones televisivas sobre todo para la gente mayor. Vamos, que estos abonados indirectamente están pagando algunas hipotecas de casas hermandad.

Abonados hay de todo tipo, como en botica. Los hay cofrades y no cofrades, los hay de toda la vida y nuevos,  de Málaga y de los pueblos, los hay que especulan y negocian con sus sillas, los hay foráneos, guiris, etc. etc. Es un claro ejemplo de una ciudad moderna y cosmopolita pero que presumen de sus tradiciones. Son una reminiscencia de aquel salón social que fue la Larios de los años 20, pero los tiempos han cambiado, y tanto.

Las propias cofradías se asociaron casi hace un siglo en pro de objetivos comunes, o lo mismo con figuras específicas como los hombres de trono o los músicos. La Semana Santa está formada por diversos micromundos que la definen y enriquecen, como la figura del nazareno, la mantilla, el capillita, el cofrade 2.0, o el cofrade de a pie. Todos suman y sería un error olvidarnos de alguno de ellos.

Pues bien, ahora parece que los abonados se asocian con una mujer al frente. Muchos se echan las manos a la cabeza de cómo osan enfrentarse a la todopoderosa Agrupación. Si no quieren o no están de acuerdo, tan fácil como no renovar el abono, que seguro lo comprará otra persona. Que no hay derechos de propiedad, y tachan de escrache una concentración de 20 personas con silbatos (escraches son los de Cifuentes), y algún iluminado (eso sí que lo es) los insulta de gentuza.

Los abonados han despertado, se asocian y sería un gravísimo error por parte del Presidente y la Agrupación el ningunearlos. Hacerse sólo con ellos la foto y punto. El abonado es parte de todo este entramado (encima paga religiosamente y se comporta educadamente como público). Por ello, considero que en línea con la política de transparencia de la que presume San Julián sería inteligente contar con ellos, más aún camino del centenario reformar los estatutos agrupacionales y que su presencia fuera requerida en aquellas cuestiones que les afecten directamente, existiendo una representación oficial de los mismos con voz y voto.

A partir de ahora el abonado tiene mucho que decir, habría que oir su opinión en el modelo de nuevo mobiliario (no encontrarselo montado el Domingo de Ramos) y especialmente deberá ser tenido en cuenta y sobre todo INFORMADO  de la SEGURIDAD de un evento que se celebra en la vía pública.

La Agrupación ha sacado a debate la seguridad, ahora toca seguir con ello. Así, una persona que se sienta en una silla y paga por ello, debe tener muy claro qué seguro le está cubriendo y qué debe de hacer en caso de enfermedad, estampida o alarma terrorista o de cualquier otro tipo. Igual que cuando nos montamos en un avión una azafata nos teatraliza qué hacer en situaciones extremas, quizá la Agrupación debería editar folletos de seguridad y colocarlos en las sillas, indicando claramente vías de evacuación, wc, etc. Otra idea que regalo.

La rueda de prensa de la Plataforma no tiene desperdicio y se ratifica que han pasado olímpicamente de ellos. Algunas reuniones han sido para la foto y han rozado el esperpento. Además, como consumidores de un producto por el que pagan un precio, están en su derecho a reclamar y quejarse.

Considero que las protestas durante las procesiones no son lo más correctas, aunque tampoco hay que olvidar que los propios cofrades han sido los primeros en protestar en medio de una procesión. Aún se recuerda el patético paso del trono de una Virgen corriendo por la tribuna oficial.  Hay muchas formas de reivindicar. En 100 años su actitud ha sido ejemplar y seguro va a seguir siéndolo. Por ejemplo en los convulsos años de la transición política nunca se ha visto una pancarta o cartelito de protesta que haya sacado un abonado para que se vea en tv, y mira que han sido horas y horas de retransmisiones, algunas a nivel nacional  e internacional. Creo que es de justicia reconocerlo. Han sido un público perfecto. En Madrid, por ejemplo se ha aprovechado la presencia de procesiones para hacer proclamas sindicales o políticas. Nuestros abonados, en 100 años nada. Claro que están en su derecho a expresar su malestar. Yo sugiero, que si no hay más remedio, focalizarlo a la mañana de los días de procesión, pero siempre como última opción. Las horas de cortejos, son sagradas, nunca mejor dicho, y ellos son los primeros que lo saben porque han crecido con ello.

La Semana Santa no es propiedad de nadie. Es un tiempo litúrgico que el pueblo celebra en las calles. No pertenece a la Agrupación ni a las cofradías aunque alguno así lo crea. Pertenece al pueblo de Málaga, y en ese pueblo se incluyen los abonados, que a partir de ayer ya tienen reconocimiento y carta de naturaleza. Seguro que en las próximas semanas nos dan muchas sorpresas, y todas buenas. Las 25 mil personas (o más con las rotaciones) que ocupan las sillas son uno de los colectivos más amplios de la ciudad de Málaga.

La Agrupación debe cambiar su mentalidad de SL y evolucionar a SA. Es una realidad poliédrica, y en uno de esos vértices está el abonado de sillas. Gracias por estos 100 años, abonado. Gracias a ti, en gran medida los cofrades de a pie disfrutamos de un patrimonio cofrade mobiliario e inmobiliario. Gracias a ti, en parte, la Semana Santa de 2019 será como va a serlo.



4 comentarios:

  1. Usted si que es un buen comunicador!!! GRACIAS por poner en sus palabras lo que sentimos los abonados afectados...por fin alguien habla alto y claro...

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  2. Muy bien.
    Todo lo q ha escrito
    Gracias

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  3. Tan certero como necesario su artículo, en él expresa usted la importancia económica que tienen las cuotas que satisfacen los abonados, con ellas se han alcanzado metas inimaginables para las Hermandades y Cofradías.
    Hace usted justicia al enjuiciar el comportamiento, de ese colectivo, como ejemplar.
    Por último reclama la presencia de sus representantes en la toma de decisiones que les afecte.
    Muchas gracias por expresar claramente, sin temor a posibles represalias, su opinión objetiva sobre los ignorados en el diseño del nuevo R. O. y la "seguridad" de los que lo "disfrutan".

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