¡Oh Virgen Santísima
Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de
particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario, miradme
benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección.
Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi
entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y
la caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada
de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando
muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme ante la Trinidad como
hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros en el
Paraíso. Amén.
Como decíamos ayer, (parafraseando a Fray Luis de León o a Miguel
de Unamuno), como decíamos el pasado Viernes de Dolores de 2020, mi buen amigo Antonio
me pedía que fuese el pregonero de la Virgen del Carmen del Litoral. Luego, ni
hubo pregón, ni hubo procesión, ni casi hubo un verano al uso, pero más que
nunca hubo rezos y oraciones a la Virgen del Carmen, que por cierto falta nos
hacía y nos hace a todos.
Ya con el atisbo de esperanza de este 2021, pero aún con
nubarrones en el horizonte, aquí estamos, en la casa de Dios, en el Divino
Templo del Salvador, en el Oeste de Málaga, ya casi lindando con el río Guadalhorce,
en la Málaga moderna, con sus edificios de tiralíneas, la Málaga donde vive la
gente, la Málaga donde la Iglesia, esta Iglesia (con mayúsculas) es una
avanzadilla de evangelización entre tantas familias que habitan este entorno, y
a las que hay dar testimonio de Jesús Resucitado y de su bendita Madre.
Saludo a todos los presentes, doy las gracias a mi
presentador, y ante todo al párroco de este templo, Miguel Ángel Criado, amigo
de mi familia, profesor en las Escuelas de Teología, al que le pido la venia
para de manera sencilla y humilde presentar este cartel y reflexionar
brevemente sobre la devoción a la Virgen del Carmen en Málaga.
Antes de nada, porque así lo marca el protocolo, vamos a
presentar el cuadro anunciador de los Cultos a la Virgen del Carmen del Litoral
2021. Por tanto, invito a que suban el presidente del grupo de devotos y el
autor de la obra para que lo descubran.
El cuadro se ha hecho rogar. Hasta hoy mismo no he podido
verlo. Pero creo que la espera ha valido la pena. Una obra pictórica del joven
Francisco Miguel Navarro, pintor, cofrade, vestidor de imágenes y albacea. Su
vinculación a cofradías es diverso, tanto en corporaciones de Pasión como de
Gloria. Así es hermano de Remedios de los Mártires, Carmen del Perchel,
Esperanza, Monte Calvario y Humildad y Paciencia (tendrás un presupuesto para
cuotas de hermanos).
Además es vestidor de la virgen de Dolores y Esperanza,
Carmen Doloroso, Socorro de Cártama Estación, Carmen de Porticate y del
Convento de San José; y Paz y Esperanza de Marbella.
Asimismo es albacea de los Remedios de Málaga.
Entre sus obras destaca los carteles de Flores de Álora,
Esperanza y Refugio en 2019, o la orla de cultos del Carmen del Litoral.
Al principio hablaba de la brevedad. Los actos cofrades deben
ser rápidos y dinámicos, más aún hoy en día, con una pandemia que aún no se ha
superado, con un virus que se expande como las volutas de incienso, en pleno
mes de julio y para colmo, yo aquí ataviado con un caluroso traje de chaqueta.
Menos mal Antonio, que cambiamos la fecha ya que si hubiese
sido el pasado viernes, quizá más que a mí, habríamos jaleado la tanda de
penaltis contra Suiza. De otras tandas, mejor no acordarnos.
Brevedad y concisión, como el cortejo del Carmen del Litoral
que me topé por calle Jalón el pasado mes de julio de 2019, camino de encerrarse
por primera vez en este mismo templo, hace ahora 2 años.
Ya sabes, Antonio, que puse un único requisito para dar este
pregón, y ése fue que el acto tuviera lugar en la iglesia, donde debe ser, ya
que así es un acto cultural en un ambiente religioso o viceversa. Además, un
pregón debe ser continuación de una eucaristía, ya que todo está enmarcado en
un mismo contexto.
Yo voy de Carmen en Carmen, saltando o pasando las cuentas de
un rosario en una ciudad mariana, marinera y carmelita por antonomasia. En 2019
presenté el cartel del Carmen de Huelin, el Carmen de mi barrio, el que pasa
por debajo de mi balcón, con el fondo sonoro de las campanas de la iglesia de San Patricio que se oyen desde mi casa los
días que sopla el Poniente.
Carmen de Huelin a la que tengo una especial devoción y a la
que ayudé a reconstruir el mosaico atacado y roto por dos veces en el paseo
marítimo, todo un símbolo de la persecución que sufrimos los cristianos en
muchos rincones del mundo, aún en pleno siglo XXI.
Málaga carmelita, en la calle Ancha del quijotesco Perchel; en
Huelin o el Palo; desde Pedregalejo a la Colonia Santa Inés; por Campanillas o
en la iglesia de los Mártires; por el barrio de La Luz o en la Junta de Caminos; en la barriada de San
Andrés o en la lejana Olías; allá por la Palma o sumergida por los
Submarinistas; Carmen de Guadalmar o la de aquí al lado de Sacaba Beach, y así un largo etcétera por toda la costa de
la provincia desde Cala el Rincón o Torre del Mar hasta la Carihuela,
Fuengirola, Marbella o Estepona.
Pero en esta franja litoral faltaban por bendecir las aguas
del último tramo de rebalaje, el del litoral de San Patricio, donde la tercera
chimenea, que antes incluía un reclamo de paz “No a la Guerra” afortunadamente ya
borrado. (y digo que afortunadamente no
porque esté en contra de la paz, sino porque no me gustan las pintadas en los
monumentos)
Una Málaga que sigue creciendo y transformándose con sus
luces y sus sombras, y donde la Iglesia tiene el reto de dar cobertura a un
increíble incremento poblacional, al igual que ocurre en la zona de Teatinos,
tierra adentro. Me imagino que los catequistas de comunión por estos lares
harán horas extras. Toda una alegría, por cierto.
Por aquí cerca, las Playas de San Patricio, donde de pequeño,
hace casi medio siglo iba con mis padres a bañarnos, aparcando el coche en un
cañizo gigante, rodeado de fábricas, carriles de tierra, almacenes y el Garage
de Grúas Cabeza, justo al lado del merendero El Tarifeño (como se llamaban
antes los chiringuitos). Playa donde hacía castillos de arena y donde sin darme
cuenta jugaba con una niña que 2 décadas después sería mi esposa. Son las Providencias
de la vida.
Los más jóvenes de lugar no lo habrán conocido, pero en la
playa de la térmica había una salida de agua caliente que enfriaba los motores
de la fábrica. Creo que era la única playa de España con agua fría y caliente.
¿Y sabéis amigo del Carmen del Litoral? Tenéis una gran
suerte, pero sobre todo se os presenta un gran reto por delante. Creo que aún
no sois ni grupo parroquial ni menos aún hermandad, pero tenéis el reto, digo,
de expandir la devoción a la Estrella de los Mares por este entorno, aún sin
claras referencias religiosas con proyección a la vía pública.
Y digo que tenéis la gran suerte de contar con una advocación
única y original, Virgen del Carmen del Litoral, como una frontera entre lo
terrestre y lo marino. Originalidad para un entorno virgen, nunca mejor dicho
desde el punto de vista cofrade, contando para ello con una imagen de la Virgen
María de tamaño académico pero de gran calidad artística.
Sin duda tenéis todos los cimientos para implantar una
importante devoción, hecho que se verificará en el día a día, sin prisa pero
sin pausa, guiados de la mano de la Iglesia, que es Madre y maestra con estos
fenómenos de religiosidad popular.
Y recordad: No sois un producto cultural, ni una peña
recreativa, ni un perfil de tuitter, ni un hecho antropológico o castizo.
Sois mucho más que una tradición, una Salve marinera o el fotogénico
embarque de una Virgen en la playa.
Más que todo eso, sois Iglesia peregrina, quizá el único
referente religioso en una sociedad que cada vez vive más de espaldas a Dios.
Sois como esos dominicos que iban en los barcos hacia las Américas,
evangelizando con sus Palabra, sus hechos, su corazón y la devoción en este
caso de la Virgen del Rosario, tan marinera como la del Carmen, o incluso más.
Insisto en la brevedad, y no voy a extenderme en un pregón
poético, ni en un discurso erudito.
No voy a adornarme con alusiones al Monte Carmelo ni a Simón
Stock, el monje inglés al que según la tradición la Virgen del Carmen entregó
el escapulario.
No voy a aburriros con referencias históricas a las
devociones carmelitas malacitanas.
No voy a hablar de la vestimenta de marengos, de tirar del
copo o de las jábegas y los jabegotes que veo entrenar desde mi terraza.
No voy a usar al enigmático ojo de la jábega como nexo con la
cultura fenicia malacitana.
No vamos a irnos mentalmente al mes de noviembre,
acordándonos de las Almas del Purgatorio o como la Virgen del Carmen es
Mediadora entre la humanidad y Su Hijo Jesucristo.
No es el momento. Solo quiero que todos vosotros, pero sobre
todo los miembros del grupo parroquial se queden con 3 ideas principales.
PRIMERO.- Sed Iglesia en el día a día. Me consta que estáis
en ello. Sin prisa pero sin pausa, a pasito corto llegará el día en que la
Virgen esté al culto en una iglesia y seáis un grupo parroquial o hermandad más
del mismo, con el compromiso que ello conlleva.
Insisto, sin prisas pero sin pausa, ya que la impaciencia de
la juventud es mala consejera. Oíd las voces sabias, expertas y amigas. La vida
no es un tuit ni una foto en instagram.
La vida es conocer a los devotos y feligreses que seguro irán creciendo
con los años, por sus nombres y apellidos, conocer sus inquietudes y sus
necesidades.
La vida es el precepto dominical vivido en comunidad y
frecuentar los sacramentos. De lo contrario vestirse de marengo será más un
disfraz que un revestimiento casi litúrgico de la fe de la extinta profesión de
pescadores, y cómo se jugaban la vida día tras día en el mar.
La SEGUNDA idea que os trasmito es el trípode cofrade ( y no
me refiero a los fotográficos) del culto, la formación y la labor social que
debe tener toda hermandad, de Pasión, de Gloria o Sacramental. Las tres patas
de este artilugio tienen el mismo valor y son complementarias.
3.- Y como TERCERA Y última idea, y voy terminando, es que
desarrolléis las diversas facetas cultuales de la Virgen del Carmen. No todo
empieza y termina en el tórrido mes de Julio ataviados de marengos y quemándoos
los pies con el asfalto medio derretido por el sol.
Las hermandades de
Gloria, y muchas no lo hacen como es debido, necesitan vivir el calendario
litúrgico de fiestas marianas, desde el Adviento a la Navidad; cuando la
Candelaria o en el mes de mayo; y siempre con el eje central del Triduo Sacro
con la Vigilia Pascual en Semana Santa.
Recordad que aunque el protagonismo lo tiene María, ella
sostiene en sus benditos brazos al Hijo de Dios, que morirá por todos nosotros
para el perdón de los pecados. Así, Ella ahora lo acoge y acuna en sus brazos,
e igualmente lo hará 3 décadas después al pie de la Cruz.
Y en especial están vinculadas con la devoción carmelita dos páginas
del calendario como son Julio y Noviembre. Ambas, como contrapunto estético y
emocional desde el punto de vista cofrade, entre los que debe pivotar la
veneración a la Virgen del Carmen. El ejemplo del barrio del Perchel es un
modelo a imitar, cuando la Virgen parece que sonríe en verano y solloza
finalizando el otoño.
No me extiendo más. El cartel empieza a correr por las redes
sociales como las olas que rompen en el espigón de la térmica y se expanden en
espuma hasta la orilla.
Prometí ser breve y creo que lo he conseguido.
Muchas gracias a todos y … ¡ Viva la Virgen del Carmen!
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