Viví con mi familia la Coronación en la Catedral en la multitud del trascoro. Recordaba la misa funeral por Juan Pablo II. Qué alegría ver colas para entrar en una Iglesia. La procesión de regreso fue el apoteosis absoluto, con dos cuestiones que no nos gustan a los cofrades de a pie: La multitud y la lentitud. Seguro que el recordado Jesús hubiera hecho un interesante análisis que superase el peligro de la euforia y la autocomplacencia. La masa de gente no tiene solución, es simple cuestión de saber moverse y buscar espacios y horarios concretos. Ahora, lo de la lentitud, la extrema lentitud, más parsimonia que la Expiración, que ya es decir, habría que haberlo tenido previsto, sobre todo pensando en las corporaciones que acompañaron en la primera parte del cortejo. Es muy complicado, está claro, y la perfección es imposible.
Media España cofrade aquí, y más de uno haciendo de Cicerone, explicando los detalles del trono, la tribuna de los pobres, que si la campana, que si levantar a pulso, que si Carretería parriba o Larios pabajo no es normal en Semana Santa, que si cómo giran los tronos, que si la caída del manto, que si los arbotantes eran prestados (como toda Novia que se precia) que si Pio Mollar, que si echaban una pared abajo en los años 50, etc. etc. Gente de todos los rincones: Algeciras, Jaén, Córdoba, Miarmilandia, Madrid, Valencia, Cartegena, Almería, etc. etc. etc. etc. etc.
Y uno compara cómo cambian los tiempos. Cómo la nueva era de internet implica una evolución en la capacidad de convocatoria. Cómo en la vida se han visto en Málaga tantos actos en una procesión, unos particulares, otros institucionales, etc. etc. etc. Con una máquina del tiempo sería curioso ver qué actos de Coronación habría hecho hoy en día el Carmen del Perchel, una década después o la Esperanza, hace décadas cuando eregir un arco efímero era casi una utopía o nadie sabía de los aleluyas.
En fin, unas jornadas de mil emociones que nos hablan que el Rocío comienza una nueva etapa que la convierte en una hermandad puntera que tiene mucho que hacer por su barrio y su ciudad. Está claro que el Martes Santo de 2016 va a ser distinto, y el resto de hermandades hermanas seguro que echan el resto, desde Nueva Málaga al Perchel pasando por Pozos Dulces y la Victoria.
Río de devoción a la Novia y enorme fuerza la que tenemos los cofrades que debemos saber conducir en este siglo XXI, que avanza con el principal reto de la labor social, y ayer, como siempre, ayuda indirecta a los conciudadanos con una ciudad en fiesta, repleta de visitantes y turistas que transmiten nuestra imagen via internet por todo el mundo.
Por cierto, el que les escribe se emocionó en más de una ocasión. Ella es mucho Rocío, mucha personalidad, que no se nos olvide que siempre nos espera en el antiguo hospital del Jardín de los Monos. Ah y lección a las prohermandades que comienzan para que comprendan que hay que buscar puntos y detalles de originalidad, no ser malas copias de nadie, el éxito radica, en gran medida, en saber sumar y aportar, e incluso, en algunos casos, en crear un icono de referencia, como puede ser el Cautivo, la Macarena o el Rocío.
Dos detalles más: Como friki de la cerámica, he echado en falta algún recuerdo histórico y vidriado del momento. Ya habrá tiempo de recordar el lugar donde cantó una tuna, donde se le recitó o donde giró para tal o cual acto.
Ah, y lo de las motos de los locales en plan Paris-Dakar quemando gasolina era de risa.
Esta mañana me han despertado los cohetes. La procesión la dejé una vez el acto de la Paloma en Carretería. Alguno ya estaba haciendo cálculos de si se podrían meter por allí el Martes Santo. Mejor no demos ideas.
Por cierto, amplio el texto, con una reflexión en facebook sobre el tratamiento informativo de la Coronación Canónica en Canal Sur.
De vergüenza el informativo de Canal Sur, pagado con los impuestos de todos, que ignora totalmente las 300.000 personas que hubo ayer en el centro de Málaga con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío, gentes venidas de todos los rincones de Andalucía, pero sí se hace eco de una concentración con tintes políticos de 100 personas en la Plaza de la Constitución en defensa del pueblo sirio, que me parece magnífico que se manifiesten, pero que es algo habitual en estos días frente a un hecho extraordinario como el que ocurrió ayer en Málaga. De vergüenza. Dimisión responsable informativos de Canal Sur y de toda la camarilla de enchufados y comisarios políticos que pagamos entre todos
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