Imposible no cantarlo.
Dios te salve,Reina,Madre y Capitana.
Eres tú nuestra vida,
eres nuestra Esperanza
y a tus plantas,Señora,
se arrodilla Triana.
Nuestro puerto perdimos,
nuestra nave naufraga
sin rumbo en las tinieblas
de este valle de lágrimas,
en el que suplicantes
nuestras voces te llaman.
¡Oh¡,Misericordiosa,
vuélvenos tu mirada
y lleva nuestro barco
con brisa de bonanza
a Jesús navegante
de tu divina entraña.
Capitana clemente,
dulcísima Esperanza,
siempre Virgen María,
luz que guía Triana.
Por ella y por tus hijos,
Madre de Dios y Santa,
ruega para que un día
podamos echar anclas
en el puerto que Dios nos promete
como segura Patria
Amén,Amén
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