Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia santificación.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar,
y perfección al acabar.
Amén.
dirección al progresar,
y perfección al acabar.
Amén.
Venerables ancianos, estimados amigos todos:
Supone para mí un inmenso honor ocupar el atril de esta histórica y
recoleta capilla, en la redonda cuaresma del 2020, bajo el coro celestial de
esta cúpula, protegidos por la mirada maternal de Ntra. Sra. de los Ángeles que
acuna a su Hijo; el saludo del Resucitado a la Magdalena Noli me tangere, (no me toques); y el ensimismado dolor de una
bella Dolorosa que es Esperanza y Refugio de los Ancianos.
Hará un mes me llamó mi buen amigo Álvaro Olea y me dio la buena nueva
de que me tocaba presentar este año el cartel de la salida procesional, noticia
que intuía por su tono de voz, y más aun estando, como estoy, en el club del grupo de riesgo de los pregones de
vísperas.
Ya he viajado por muchos atriles periféricos: del Tarajal, la Calzada de
la Trinidad, Dos Hermanas, Huelin, Miraflores o Carranque. Aquí mismo estuve
hace unos años presentando una salida procesional de la Virgen de las Delicias.
Ahora toca anunciar lo que acontecerá el próximo sábado 28 de marzo, cuando de
nuevo se tiñan de capirotes morados las calles de Miraflores de los Ángeles.
Este año se estrena en la nómina de pintores cofrades un joven perote, o
sea de Álora, de 21 años (justo, la edad de mi hija que está ahora de Erasmus
en Suecia). Se trata de Juan José
Postigo Lobato. Ahora mismo combina el trabajo con los estudios en la
Escuela de Arte de San Telmo en Málaga. Recientemente se graduó en
Reproducciones Artísticas en Madera y en la actualidad cursa el Grado Superior
de Dorado, Plateado y Policromía. Por ahora su nómina de encargos es limitada
(simplemente porque no le dado tiempo material por su juventud). Solo, como
anticipo, el cartel de la Pollinica de Álora y una felicitación navideña del
Carmen del Perchel.
Comenta que su referente artístico es el escultor veleño Israel Cornejo
y su faro devocional la Virgen de los Dolores Coronada de Álora.
Hay una ley no escrita que dice que lo primero es destapar el cartel, y
no dejarlo para el final. Por tanto
invito a su autor y al hermano mayor a que suban, y que Juan José nos describa los
pormenores del mismo.
Una segunda ley no escrita para este tipo de actos es la de la brevedad, la
concisión, y sobre todo evitar las palabras huecas. Está prohibido caer en los
tópicos del azahar, el incienso o la primera Luna llena de primavera.
Personalmente, suelo aprovechar oportunidades como ésta para reflexionar
en voz alta sobre el sentido que tiene un proyecto cofrade en un barrio en el
siglo XXI. Qué aporta al entorno, a la ciudad y especialmente cómo puede
enriquecer espiritualmente a sus propios integrantes.
Además, qué suma para la Iglesia diocesana de Málaga, y verdaderamente
si somos consciente de la importancia de lo que nos traemos entre manos, lo
transcendente de todo esto. Quizá en la vorágine de la Cuaresma no nos da
tiempo a pararnos y reflexionar.
Darnos cuenta de lo que representamos, de los que nos antecedieron dando
la vida por su fe, como nuestros Patronos Ciriaco y Paula, que según cuenta una
leyenda, sus cuerpos reposan por aquí cerca.
La tercera ley no escrita es la de acompañar las palabras con la música,
la buena música. Así que doy paso a los sones cofrades que nos van a envolver a
todos.
Esperanza y Refugio es la procesión de los contrastes.
De la juventud bajo los varales o en las filas de nazarenos, frente a la
ancianidad desde una silla de ruedas;
De la naturaleza de una montaña que se desparrama, frente a un barrio de
inmensas torres de ladrillo visto;
De la vista impresionante de Málaga y su Catedral, con el mar en la
línea del horizonte, frente a la oscuridad del túnel al regreso;
Del romero silvestre en la montaña, frente a certeras petaladas desde
una planta 12, con cálculo incluido de
dirección del aire para atinar en la ofrenda.
Sin duda, estamos en un entorno privilegiado. Esta hermandad de vísperas
no es más de lo mismo, no es un corta y
pega. Aquí el espacio nos interpela y nos invita a dar testimonio de fe,
nos invita a bajar a Málaga, a unos barrios que nunca antes vieron procesiones
pasando junto a sus portales o bajo sus ventanas, o incluso nunca vieron un
trono, girando justo donde están sus coches aparcados.
La Semana Santa ya no es algo distante en el centro y los barrios de
alrededor. La Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios ya ha salido como
kerigma, como anuncio, a la periferia, los apóstoles han iniciado su caminar,
yendo al mundo entero y proclamando el Evangelio. La predicación cofrade se
hace extensiva a los barrios, a los gentiles, y como San Pablo iniciáis un año
más un viaje aventurado.
Así, el barrio de Miraflores se asombra con una Virgen de dolor sereno
que alivia su pena con cera rizada y un palio que le ofrece suave brisa; o unas
semanas después se estremecerá con un Cristo implorante y de rodillas con el
cuerpo llagado.
Los coches de la avenida quedan atónitos al ver bajar un trono por la
empinada cuesta, con un palio desafiando la ley de la gravedad, y hasta el
arroyo de los Ángeles parece crepitar bajo su bóveda de cemento cuando oye el
pisar acompasado del centenar de portadores.
Los nazarenos parecen piezas de ajedrez que hacen un jaque a la Reina de
Miraflores en el tablero geométrico del patio del asilo; los capirotes
temblorosos esperan la salida desde la capilla donde el incienso se convierte
en la niebla que cubrió el monte Calvario, momento en que el hermano mayor dirige
una oración y da la orden de salida.
Agradezco personalmente que todos los años me dejéis estar en esta
íntima salida, momentos de nervios e impaciencia, donde siempre acabo amarrando
cíngulos, componiendo capirotes, anudando cordones de zapato o abriendo cajas
de velas con un cúter.
Crujen los goznes de una vetusta puerta marrón y la luz desborda el
espacio sagrado, en un arco iris visual generado por la lámpara de lágrimas de
cristal. El reloj de la espadaña da la hora justa de la salida y los corazones
de los portadores y portadoras (que diría un político) se aceleran con el aviso
metálico de la campana, como genuino sonido de Málaga.
Se levanta el trono, el palio se estremece y suena la primera marcha.
Esperanza y Refugio fue pionera en la inclusión de mujeres en los varales, sin
aspavientos, con naturalidad y así es todos los años. El trono comienza a bajar, pero parece no
querer despedirse de los ancianos que observan y acompañan desde el patio, las
ventanas o desde el recibidor.
Por unas horas van a compartir la Virgen, su Virgen que va a ser
Esperanza y Refugio de Todos. Así, de
nuevo nosotros volvemos a oír sones cofrades que nos recuerdan el inicio de la
bajada de la cuesta.
Las barras de madera del palio parecen árboles de la ladera del arroyo;
La pintura de la gloria del techo de palio roza los murales pictóricos
del túnel de la autovía, donde unos niños se columpian eternamente;
y el blanco exorno floral de la Virgen es un guiño a la vegetación
primaveral de la ladera, por la que algún fotógrafo más de un vez se ha jugado
el tipo.
El cortejo avanza, a buen ritmo. El bar Candelaria sigue abarrotado,
aunque algunos nos salimos para apurar el sombra o el mitad con una ración de
churros, mientras gira la Virgen hacia la parroquia de Miraflores.
Los niños no se inmutan en los columpios junto al parking subterráneo, y
el barrio por unos minutos parece despertar del letargo de un sábado por la
tarde. Los comercios de chinos hacen su agosto en pleno marzo con el público de
la procesión, y para colmo algún coche despistado intenta colarse entre las
filas de nazarenos. Nunca se reconocerá lo suficiente la labor de las
comisiones externas.
La comitiva es una propuesta barroca de fe y devoción en una sociedad
anestesiada, donde muchos de los espectadores quizá ni sean católicos o estén
muy alejados de la Iglesia, de ahí el inmenso reto que tenemos al dar
testimonio público de fe.
El crisol de nacionalidades del barrio se asoma entre sorprendido y
curioso. Madres musulmanas miran a María, también con la cabeza cubierta por un
pañuelo. Los vecinos sudamericanos seguramente se acordarán de las respectivas
patronas de sus países, como Coromoto, Luján o Guadalupe. Otros vecinos quizá
recuerden las procesiones de sus pueblos, mientras los ecos de la banda de música
se meten entre el laberinto de las inmensas torres.
Van pasando las horas y cae la noche, cuando en otro rincón de Málaga se
está pronunciando el Pregón Oficial de la Semana Santa de Málaga. En el
Cervantes se habla de Semana Santa pero aquí en Miraflores en esos mismos
momentos se vive, se siente, se ve, se
palpa, se huele y se paladea la Semana Santa.
Ahora que no nos oye nadie os cuento un secreto que pocos conocen.
¿Quiénes son los primeros responsables de esta maravillosa historia? Las
hermandades de víspera no surgen por generación espontánea, sino que hay una
levadura que consigue que la masa fermente y se convierta en un pan que quizá
nos haga conocer a Jesús, como los Discípulos de Emaús.
Pues bien, no se lo digáis a nadie pero hará poco más de una década,
allá por 2008, mis buenos amigos Joaquín Pozo, Alan Antich y servidor subimos
en bici por aquí (y eso que la cuesta se las trae, y hay que meter plato chico)
Nos topamos en la cima con este
maravilloso lugar, que antes sólo conocíamos de pasada en coche por la autovía.
Pegamos en el porterillo y por arte de magia se abrió el portón.
De inmediato nos recordó a la capilla del Monte Calvario y el viacrucis
del Cristo Yacente de la Paz y Unidad, que va desde la Victoria por la calle Amargura.
Luego los acontecimientos fueron desencadenándose con la entrevista con Luis
Plaza, y la iniciativa de que subiera la Virgen de la Candelaria en procesión
para visitar a los ancianos y quedarse una semana con ellos. La idea le
entusiasmó a Luis y también a la buena gente de Medinaceli, aunque era un reto muy
complicado. Aún recuerdo la expectación de la primera llegada de la Virgen en
unas pequeñas andas y la emoción tanto de los ancianos y sus familiares, como
del personal del centro.
Joaquín, el campanero ahora en el cielo, no dejaba de replicar las
campanas de la espadaña ante la alegría de que la Madre de Dios visitara su Asilo.
Eran un replicar de júbilo, que seguramente se oyó en todos los confines de
Málaga, desde el Palo hasta Guadalmar.
Costó trabajo convencer a Luis de que la Virgen tenía que regresar a su
sede en Santo Tomás de Aquino, pero de aquella experiencia surgió otra
maravilla como fue el encargo del Resucitado de Juan Vega.
Un año después subió el propio Cristo Medinaceli y posteriormente surgió
la iniciativa de tener una Dolorosa propia todo el año. Creo recordar que
acompañó en la subida una banda de cornetas y tambores de San Pedro Alcántara,
con la anécdota de que Enrique, el legionario, que también nos ha dejado hace
poco, pasó revista a los uniformes de los músicos, algunos con algún botón
desabrochado por el esfuerzo de la subida de la cuesta.
Por tanto, una vez más me permito afirmar que la
Providencia, la Divina Providencia, mueve unos hilos invisibles que hicieron y
que hacen posible que hoy estemos aquí. No hay otra explicación posible.
De nuevo es momento de la música. Les oímos.
Quisiera que al terminar el pregón os fueseis con algunas ideas
fundamentales que dirijo tanto a los venerables ancianos residentes aquí como a
los cofrades del Asilo.
1.- A los Ancianos os invito, que en la medida de vuestra posibilidades
(que me consta que son muchas) seáis fiel reflejo del Anciano Siméon, que como
nos relata el evangelista Lucas tenía siempre una mirada de esperanza en el
Mesías, espera paciente para ver la
salvación que has comenzado a realizar ante los ojos de todas las naciones, la
luz que alumbrará a los paganos y que será la honra de tu pueblo Israel.
Aunque la sociedad lance mensaje negativos, y haya puñales que
atraviesan el corazón, como el descarte o la maldita eutanasia, ser anciano es un regalo de Dios por una vida
vivida en plenitud, ellos son el tesoro de una sociedad que debe devolverles lo
que han aportado con tantos años de esfuerzo y trabajo. Por cierto, una cosa
que nunca se cuenta en los medios: ¿Sabéis qué estado fue el primero en aprobar
la eutanasia?: … La Alemania nazi de
Hitler.
2.- También les digo a los Ancianos que sean como Ana, la suegra de
Pedro, que una vez tocada por Jesús,
sanó de su enfermedad, y de inmediato se puso a servirles a todos. O sea, que
en todo momento, en toda circunstancia todas las personas son válidas y
necesarias, y más aún los ancianos que atesoran un poso de experiencia y
sabiduría, que vosotros cofrades del Asilo debéis saber apreciar y conservar.
3.- Y finalmente me dirijo a los cofrades de Esperanza y Refugio. Sabéis
que no tengo problema para decir las cosas, para no callarme lo que pienso, y
no me escondo en las redes sociales con seudónimos.
En mi casa me dicen que a veces me meto en demasiados charcos y quizá
tenga razón, que es mejor no moverse para salir en la foto, pero por otro lado
no soy un cofrade pusilánime y menos aún un católico tibio y que se pone de
perfil. La tibieza, la comodidad y el egoísmo son enemigos del compromiso de
todo creyente, que está llamado a ser apóstol y anunciar el evangelio de muchas
maneras.
Por ello os digo, que sigáis en la lucha, sois un referente en las procesiones de
vísperas, con sus luces y sus sombras que haberlas hay las, claro está, más de
las primeras que de las segundas.
Me consta que ha habido discrepancias, algo normal por otro lado en todo
colectivo humano donde hay una jerarquía y una organización, pero ante todo os
reto a que sigáis en esta línea, que seáis Iglesia con mayúsculas, Iglesia que
peregrina en la periferia, como diría el Papa Francisco, y que continuéis dando
testimonio público de fe en el día a día en el Asilo, que quizá no tenga las
comodidades cofrades de una flamante casa hermandad pero sí tiene un poso de
historia y hasta un pozo en el patio que conecta con el cauce del arroyo.
Os invito a que sigáis bendiciendo
estos barrios con una comitiva a la que abre camino una cruz guía que debe ser
la senda de misericordia de Jesucristo, y que tiene como faro de referencia para
llegar a buen puerto la fachada del Asilo en las alturas.
Os invito
a que sigáis dando nombre a este asilo, a
veces perdido de todos menos de Dios, y que solo es noticia por deudas y no por
bienaventuranzas, en el maravilloso
contraste que proponéis de una alegría contenida en primavera y de un riguroso
rosario vespertino en otoño.
Os invito a incidir en la
formación cristiana. Las cofradías somos finos y transparentes hilos de
pesca del que muchísimas personas siguen prendidas, y es todo un reto, en los
tiempos de corren, hablarle de Jesús y de su Madre a todo el mundo que se
acerque por aquí. Esos hilos transparentes sirven para amarrar ánforas a los
cajillos pero también para pescar almas.
Os invito, como decía hace una semana el
Evangelio de Mateo, a que seáis la sal y luz del mundo. Sal, humilde, que se disuelve, que no se ve pero
que es imprescindible para el sabor y que evita la putrefacción; y luz que
venza las tinieblas del pecado.
Os invito, o más bien os reto, a que más pronto que tarde, sin prisa pero sin
pausa, se incorpore un titular
cristífero a esta maravillosa historia. A Jesús por María, pero ante todo,
Jesús. Me consta que sois capaces de eso y de mucho más.
Sois válidos de mucho más, incluso si os lo proponéis, sois capaces de
cumplir el sueño de Luis Plaza de que
este Resucitado, tenga un culto externo, un via-lucis en Pascua, porque no
tiene que ser el Domingo de Resurrección. Quizá el día perfecto sería el
domingo siguiente, el de la Divina Misericordia. Ahí lo lanzo.
Os invito a dar testimonio de Ayuda a la Iglesia
Necesitada, memoria y
compromiso de los cristianos que sufren por su fe en muchos rincones del mundo,
desde Venezuela a Nigeria, pasando por China, Siria o Sri Lanka.
Para ello os doy estas pegatinas para que lo
testimonien en la candelería del trono de la Virgen y un lazo en la campana del
trono.
Os invito, en resumen, a vivir la vida cristiana en clave cofrade, sin aspavientos, con
naturalidad, alegría, y esperanza,
Os invito a ser como sois, pero cada día un poco mejores.
Y finalmente os invito a todos a acabar escuchando de nuevo a la banda. Muchas gracias.
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