Estamos ante otro ejemplo de la decadencia del centro profundo de Málaga, (no del Larios de las franquicias o de la Alcazabilla del Pimpi). La hornacina vacía y con el crista roto del antiguo hogar de Pozos Dulces necesita una pronta recuperación, en la que podrían participar alguna de las múltiples hermandades del entorno, llegado a un acuerdo para ocuparse de su mantenimiento, al igual que con la hornacina vacía de Andrés Pérez. Pese a que se trata de elementos privados, tienen una proyección a la calle por lo que casi adquieren la categorías de públicas, y el actual estado de abandono dan una imagen patética de la Iglesia, del culto a las imágenes y de deterioro, desidia y abandono de Málaga. Por tanto, Distrito Centro debe tomar cartas urgentes en el asunto.
Para colmo, es curioso que alguien se preocupe en adosar unas pegatinas pidiendo más vecinos y menos turistas, jugándose el tipo de no cortarse con el cristal. Insto al responsable de ello a que también luche por recuperar la hornacina, porque también fue y debe ser un icono vecino del entorno.
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