domingo, 8 de noviembre de 2015

Ya no es Navidad en el Corte Inglés.

Parafraseando el lema que nos recuerda que este centro comercial determina cuando llega Primavera, me permito reflexionar sobre el puestecillo (no me gusta la palabra stand o little stand) que han colocado con artículos navideños.

Éste se ubica en la planta baja, justo delante del supermercado, y  tras dar alguna vuelta por él, no salí de mi asombro al comprobar el pequeño reducto en el que han quedado las figuritas de belén, frente a otros elementos decorativos. Ellos sabrán. Mucho colgante, mucho muñeco (alguno recuerda a Chuki), mucha bola y mucha nieve, en un claro acto de globalización, ya que parece que la decoración navideña de Boston, Sevilla u Oslo acabará con los años siendo la misma.  Hasta en las tiendas de chinos hay más pastorcillos que aquí.



Pero el producto estrella ha llegado este año. Y es la solución para los ayuntamientos progres que quieren quitar el Nacimiento de sus instalaciones, vaya herir alguna sensibilidad. Léase Rincón de la Victoria (aunque quizá se planteen cambiarle el nombre por Esquina del 2-1)  ya que lo de Victoria alude a la Patrona de Málaga, que trajeron los Reyes Católicos en 1487.

Pues bien, la solución radica en el Nacimiento no nacimiento laico.  Mantenemos la decoración, la nieve, mucha nieve, las figuras autómatas, las familias, las casas, una noria roja, el paisaje, la nieve, pero quitamos el Misterio de la Natividad.  Aquí lo tienen. Sin anestesia. Una pesadilla en toda regla.



Por tanto, amigos, patento la frase. Ya no es Navidad en el Corte Inglés.  Habrá que ir a otro establecimiento para aumentar el tradicional belén de todas las familias cristianas. Por cierto, que en Belén no nieva, aunque quizá con el cambio climático quién sabe.

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