Jose Manuel Leiva Pérez.
EXALTACIÓN DE LA
SEMANA SANTA DE MÁLAGA.
CENTRAL CIUDADANA.
Purísima Madre del
Buen Camino,
Tú, que eres luz entre
las sombras,
Reina celestial,
Alegría entre las
penas,
Esperanza ante el
desconsuelo,
Soporte de nuestro
caminar,
Receptora de nuestras
ilusiones,
Madre de la divina
gracia,
Vaso donde se custodia
el saber,
Estrella luminosa,
Trono de sabiduría
Y consuelo de nuestros
miedos,
Escucha a quienes te
rezan, te procesionan y te veneran.
Extiende tu protección
a tus hijos de Gamarra,
A los de ayer y a los
de hoy,
Que tu luz les señale
el rumbo,
Que nunca pierdan la
esperanza,
Que el sendero de la
vida les sea recto,
Y que cuando alguna
curva
Pueda torcer su
destino
Encuentren en su
pensamiento
Que allá, en la
capilla de su colegio,
Siempre le esperas Tú,
Nuestra Purísima Madre
del Buen Camino’.
Estimados amigos. He querido comenzar con la oración que el historiador,
amigo y vecino de Nueva Málaga, Pepe
Jiménez Guerrero dirigió a la nueva Dolorosa del colegio de Gamarra, en la
presentación que tuvo lugar en el Palacio del Obispo, Ars Málaga, el pasado
jueves 2 de marzo, y que Dios mediante será bendecida el próximo viernes 31 en
el propio colegio.
En primer lugar, no
podría ser de otra manera, dar las gracias a mi presentador, Manolo Díaz, y
sobre todo agradeceros a todos vuestra presencia.
Repito lo que dije en la presentación del cartel Verdad y Sagrario en la
parroquia de san José Obrero hace un par de sábados. Repito que prometo ser
breve. No quiero cansar ni aburrir a nadie, más aún hoy jueves, día laborable,
cuando mañana algunos tendremos que madrugar.
La concisión debe ser una virtud en los actos cofrades, sobre todo a estas
alturas de la cuaresma, cuando ya comenzamos a estar algo saturados de
conciertos, carteles, presentaciones, cultos, conferencias, reuniones,
exposiciones etc. El mes de marzo termina siendo agotador y ya el Domingo de
Resurrección, se dice a modo de broma, que Jesús
resucita, y el cofrade muere por
desfallecimiento. Por ello, Lo breve
y bueno dos veces bueno. Calidad no sé si habrá, pero brevedad, vamos a
intentar que la haya.
Los que me conocen saben que voy al grano, que soy un cristiano comprometido
y un cofrade de base y políticamente incorrecto, que me gusta hablar claro, concretar,
poner el dedo en la llaga, pero no con la incredulidad de Santo Tomás, y que para nada me van las exaltaciones
poéticas o declamadas, para las que hay que tener unas dotes, de las que
carezco.
Cuando se me pidió exaltar la Semana Santa de Málaga pensé que lo mejor
sería dar mi opinión sobre un fenómeno diverso que nos atrapa cada primavera, y
que a muchos de nosotros nos tiene prisioneros todo el año. Presos de la preciosísima sangre que tiñe las sienes de un Cristo Nazareno que
desciende por calle Magistrado Salvador Barberá camino del centro, y prisionero
de las saladas lágrimas que resbalan por las mejillas de una Dolorosa que sube
por la plaza de Bailén de regreso a su barrio. Apresados y deseando ser
liberados por la mano bendita del Nazareno de calle Granada, Jesús el Rico,
pero rico en tesoros de Amor y Misericordia, y con tirabuzones en el pelo y
chorreras en las mangas, como en las fotos sepia de antaño.
No conocía esta
asociación, nunca había tenido el gusto de entrar en su sede, aunque al tener
continuidad un acto cofrade, ya en su decimoprimera edición, está muy claro que
sois defensores de las tradiciones malagueñas, como es la Semana Santa. Una
decena de oradores me han precedido en este atril y espero estar a la altura de
ellos y de ustedes.
Lo primero es felicitar al autor de
la imagen que ilustra el cartel anunciador de este acto. Felicitar, digo, al escultor Javier Jiménez Rivero por
esta sorprendente talla en terracota de Virgen Dolorosa, sin advocación
concreta, que ahonda en el dolor de María. Estamos ante un ejemplo más de la
nómina de artistas, en este caso escultores, que pueblan la ciudad, una nueva
generación, donde la Escuela de Artes y Oficios de San Telmo tiene mucho que
ver y decir.
En su página web dice Javier que el
busto ha sido elaborado con la intención de indagar en el estudio del rostro
femenino, haciendo especial hincapié en la naturalidad y morfología del rostro.
Una conjunción entre clasicismo y naturalidad, todo ello sin perder el
característico punto de unción de las imágenes sagradas.
Pues sí, el mundo de las hermandades y cofradías vive tiempos interesantes,
y se va adaptando a la sociedad sumamente cambiante en la que vivimos, en la
sociedad de las prisas, del tuitter y Facebook, del teléfono móvil que no deja
de sonar, de los grupos de wasap, donde a veces hay mucha comunicación pero
poco trasfondo.
Una sociedad democrática y libre, un Estado aconfesional, que dice la
Constitución, pero que algunos quieren engañarnos diciendo que es laico, que es
algo bien distinto.
Pero es contradictorio como parte de esa sociedad exige respeto a todas las
minorías étnicas, culturales, sexuales o
económicas, (que me parece magnífico) pero
que luego aplauden que alguien ridiculice la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús, y que seguro no se atrevería a mofarse de otras religiones.
Los cristianos y los cofrades (que en el fondo y en la superficie somos lo
mismo) vivimos tiempos interesantes porque algunos intentan arrinconarnos,
quieren que vivamos nuestra fe en privado, todo lo contrario de lo que es la
esencia de una hermandad, hacer culto público, dando testimonio a los
conciudadanos de una fe viva. Algunos quieren suprimir las misas televisadas
para los mayores e impedidos, que no suenen las campanas de las iglesias,
disfrazar la Navidad de fiesta de invierno y hasta cambiar el nombre de calles
de santos. Espero que no se atrevan con
las torrijas y los borrachuelos.
Tiempos interesantes, digo, en que no valer ser tibios y hay que dar la
cara, como la dio Jesús por todos nosotros.
Por ello, y ya hablando de Semana Santa, este fenómeno multidisciplinar se
sobredimensiona y adquiere un sentido total, de catequesis pública, de
enseñanza que se transmite a las nuevas generaciones, siendo en algunos casos
la única fuente de información.
Os cuento una anécdota. Recuerdo un padre
que respondía a su hijo de unos 10 años, a múltiples preguntas que el pequeño
le hacía mientras veían una procesión. El
padre se inventó que la Virgen María
está casada con Jesús, y que Ella lloraba porque los romanos iban a matar a
su marido.
Es verídico. No tuve más remedio que intervenir, con todo respeto, y le
aclaré al padre que Jesús no era el marido de María, sino su Hijo, y que Ella
tenía ese aspecto tan joven porque en Andalucía idealizamos a la Madre de Dios.
Aunque no os lo creáis, este aspirante a teólogo de incesto en la Sagrada
Familia no se creyó mis argumentos, aunque seguro a la noche consultó el google y se percató de su pirueta
histórica.
Otras veces he oído barbaridades como que las imágenes de las vírgenes representan
a distintas personas, y no que son diferentes advocaciones de una misma, y ya
qué decir de las explicaciones de los grupos escultóricos, donde todo queda reducido en muchos casos a
una anécdota de buenos y malos.
Por tanto, la historia
se repite, y el arte que intentaba alumbrar las mentes en las iglesias
barrocas, vuelve a su sentido original para iluminar las mentes actuales, que
cada vez saben menos o absolutamente nada de la historia sagrada.
Aquí en Andalucía estamos acostumbrados, pero imagino en otros lares las
procesiones se habrán convertido en una especie de jeroglífico barroco, mezcla
de demostración de fuerza, arte y sentimientos. De ahí la importancia de la
formación de los cofrades para atender a toda interrogante, que seguro surge en
el público espectador.
A día de hoy tenemos la gran suerte, por inspiración del Espíritu Santo, de
contar con un Pontífice, el Papa Francisco, que es fuente inagotable de
mensajes para la guía del creyente.
Bergoglio nos lanza dardos al corazón, y quiero centrar esta exaltación en 3
ideas de Francisco, y reflexionar con ellas desde el punto de vista cofrade.
1.- La primera de ellas es muy conocida.
Francisco habla de las periferias. Y así dice:
“Evangelizar supone
en la Iglesia salga al encuentro del prójimo. La Iglesia está llamada a salir
de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también
las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las
de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del
pensamiento, las de toda miseria.
Y efectivamente, en esta Exaltación de
nuestra Semana Santa, voy a obviar las cofradías más populares, las que todos
conocemos, las del centro y los barrios clásicos, las que más salen en los
medios de comunicación. Cada una de ellas tiene su pregón, su cartel y sus vivencias de muchas décadas o siglos.
Sería
muy fácil ponerse aquí a rememorar al Señor de
Málaga por la calle Carril, (desolado paisaje de antenas y de cables, que diría
la canción) conformando una Trinidad con la escolta de sus dos faroles de
plata, o a su Madre Coronada y envuelta en un sueño malva, regresando por Carretería a
los sones de su prestigiosa banda de música sinfónica.
Sería
recurrente hablar de la tradicional presencia de
las fuerzas militares desfilando por nuestras calles. Es curioso como en
Málaga, una ciudad desmilitarizada y sin cuarteles, se profesa un cariño
especial a la Guardia Civil, a los legionarios, a los paracaidistas, a la
Marina o las tropas regulares. La marcialidad se da la mano con la elegancia en
desfiles coloristas, trazados con tiralíneas y con la antológica aportación de sus
bandas de música.
Casi
rozaríamos el tópico, afirmando que tenemos un
recorrido oficial único e inimitable, configurado por un ascenso desde la
Alameda hasta Larios y la Plaza, como un espacio urbanístico del siglo XIX que
propicia unos tronos grandes pero proporcionados.
Podríamos
recurrir a lo exagerado, y hasta decir que el
seco Guadalmedina hasta parece bonito cuando lo cruza la Virgen de los Dolores
del Puente, aunque el fondo lo configure el espantoso edificio de Hacienda y el
abandonado mamotreto del antiguo correos, rememorando un Perchel que ya no
existe.
Podríamos
hacer patria de que en Málaga somos
distintos al resto, en especial en la configuración de los tronos de Virgen,
auténticos galeones de plata brillante o madera crujiente, escoltados por
cuatro inmensos arbotantes y un infinito manto que llega hasta el final de los
varales.
Sería
cómodo hablar de la secular tradición de la
liberación del preso por parte Jesús el Rico, o del aire legendario del bandido
Zamarrilla que se esconde bajo el manto de una Virgen pequeñita.
Podríamos
recrearnos
en la belleza de la Virgen de la Paz, en los ojos verdes de la Paloma, en la peculiar mirada de la Novia
de Málaga o en la jábega que navega entre los gráciles dedos de la Virgen
Mediadora.
Buscaríamos
el aplauso fácil, rememorando la emoción
que embarga la bendición del Nazareno en la Plaza de las Cuatro Calles, o
describiendo las hazañas de Enrique Vega, padre e hijo, en la curva de 180
grados del Pasillo de Santa Isabel, cuando lo imposible se hace posible, y las
leyes de la física niegan la evidencia de los 14 metros de varal.
Pues
no, no voy a hablar de todo ello,
aunque citar ya queda citado, sino que voy a reflexionar, si os parece bien, de
hermandades y asociaciones de la periferia, como habla el Papa Francisco, de
cofradías o grupos parroquiales que no se pasean por el centro de Málaga, y que por tanto no tienen tanto reclamo
mediático.
Y esta historia de las periferias
cofrades comienza bien pronto, mañana mismo viernes 24 de marzo saldrán los
primeros nazarenos a las calles de Málaga. ¿Sorprendente verdad? Pues sí, desde
la periferia de la Calzada de la Trinidad, también cercana a esta sede, saldrá
una bella virgencita, la de la Dulce Resignación,
que cruzará el arco del Compás de la Trinidad y se adentrará por el peculiar
barrio de la Colonia de San Eugenio. Un par de semanas después, el Sábado de
Pasión, lo hará el Nazareno
de la Llaga en el hombro, el único cristo bajo palio que sale en Málaga, al más
puro estilo antequerano.
El hecho de que haya nuevas cofradías
en los barrios demuestra que el fenómeno de la Semana Santa está más vivo y
vigente que nunca. Esto mismo ha ocurrido en todos los puntos cardinales de la
ciudad, de norte a sur y de este a oeste. Desde las playas de El Palo y
Pedregalejo, a la inmensa chimenea de la azucarera de El Tarajal. Desde las estribaciones de Mangas Verdes y el Asilo de los Ángeles hasta
la llanura de San Andrés o Dos Hermanas, allá por el Arroyo de las Cañas.
Nueva Esperanza ya no es la excepción
que confirma la regla. Y poco a poco han ido surgiendo por las cercanías de
esta zona nuevos grupos cofrades, como el de la Virgen de Guadalupe,
una bella Dolorosa también al culto en Santa Ana y San Joaquín, o Verdad y Sagrario
en Carranque, barrio que ha tenido que esperar medio siglo para hacerse
nazareno gracias a un dominico, el Padre Eugenio, y que este año peregrinará el
Sábado de Pasión hasta la ermita de Zamarrilla para postrarse a los pies del
Cristo de los Milagros.
Por
tanto sean bienvenidos los nuevos proyectos cofrades en los barrios,
felicitando sobre todo a los párrocos que con sabia decisión abren las puertas
de sus iglesias de par en par para que entre el incienso nazareno y salga el
bosque de capirotes que venga a sorprender a los vecinos absortos de ver pasar
un trono bajo sus balcones, por donde antes había coches aparcados,
engrandeciendo las propias calles.
2.-
Y el Papa Francisco sigue hablando y tuiteando, y reclama de que se abran las
puertas.
"La Iglesia está llamada a ser
siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos concretos de esa apertura
es tener templos con las puertas abiertas en todas partes. Que nadie encuentre
la frialdad de una puerta cerrada.
Pues sí, puertas abiertas, puertas de madera, puertas metálicas,
unas con aldabas, otras con picaportes y hasta puertas de acero inoxidable o
correderas.
Málaga, la ciudad de las inmensas puertas de las casas hermandad,
que tanto sorprenden a los foráneos. Puertas celestiales, como las del
Baptisterio de Florencia y que aquí se abren de par en par para dar salida a
nuestros inmensos tronos. Puertas infinitas de verde esperanza en el Perchel,
rojo sangre en Dos Aceras, u obscura caoba en Alcazabilla, y que anuncian la
magnitud de las andas que cobijan.
Incluso algunas, fijaros, incluyen una pequeña ventanita, como para que
el vigilante del fortín se asome a nuestra llamada. Es el caso de la del Santo
Traslado en calle Trinidad.
Por haberlas, hay puertas hasta con mando a distancia. Esto
ocurrió en Gamarra, colegio de la Congregación de las Hijas de Jesús, aquí al
lado, unos metros más abajo, centro
educativo que abrió sus puertas y su corazón al paso de la comitiva de Nueva
Esperanza, camino del centro de Málaga, para que el Nazareno del Perdón
presidiese el viacrucis de la Agrupación de Cofradias.
Uno, y permítanme que hable de mí mismo, que está curtido en mil
batallas cofrades, a pie de trono, que son las que más me gusta vivir y grabar
en la retina y en la cámara; servidor, digo, vivió un momento especial cuando
apareció la cruz guía de Nueva Málaga por las puertas del colegio, con más de
media hora de retraso, por cierto. El cortejo cortó camino, rumbo a la zona de
la Purísima, y un mar de cirios rojos iluminó ténuemente la negrura de los
jardines de Gamarra entre volutas de incienso que subieron por las ramas del
mítico árbol grande. Se conmemoraban 40
años de la bendición de la Virgen en dicho espacio, que poco a poco se está
convirtiendo en un referente cofrade, y Buen Camino para que la semilla
nazarena vaya expandiéndose aún más.
Se abrieron las puertas, como dijo Francisco, y los arcos y
dinteles parecieron empequeñecer para dar más emoción a las complicadas
maniobras que tuvo que hacer las andas del Nazareno. Y como en un sueño todo
pasó rápidamente y de nuevo se abrió una puerta para que el grupo comenzara a
salir rumbo a San Julián, en una noche inolvidable que tuvo colofón dos días
después en la Catedral con el rezo de las XV Estaciones.
Gamarra y Nueva Esperanza van de la mano. La primera es cantera de
la segunda, ya que casi 200 alumnos participan de una u otra manera en el
cortejo. Y ya sobre las 4 de la madrugada ya del Miércoles Santo, en la calle
Doctor Lazárraga, un grupo de cofrades, muertos de frío por cierto, recibirá,
recibiremos de nuevo, con el estandarte de Santa Cándida de Jesús, a la
comitiva de Nueva Esperanza, ya de regreso a su sede tras más de 12 horas de
procesión.
3.- El
Papa Francisco habla de periferias, de puertas, y también habla de las mujeres
y de los jóvenes.
Es necesario ampliar los espacios para
una presencia femenina más incisiva en la Iglesia.
Qué bueno es que los jóvenes sean
«callejeros de la fe», felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada
plaza, a cada rincón de la tierra!"
Sin obviar el papel del hombre y de los adultos y de los mayores,
siempre con su poso de experiencia y sabiduría, es fundamental cómo la mujer,
especialmente las jóvenes se están implicando cada vez más en el mundo cofrade.
Y no sólo en las juntas de gobierno o en las filas de nazarenos, sino bajo los
varales, algo que parecía increíble hace unos años.
Os cuento que ya son 4 tronos los que van completamente llevados
por mujeres en Málaga, aparte de los múltiples traslados que llevan las
féminas, como el del Prendimiento, Nueva Esperanza, la Piedad o Humildad y
Paciencia. Pues bien, el Despojado de Dos Hermanas, la Virgen de las Delicias,
el Cristo Lux del Mundo de San Andrés y la Virgen del Sagrario son llevadas por
mujeres íntegramente, y en este último
caso, que es el que he seguido más de cerca, me atrevo a afirmar que en muchos
momentos van de manera más respetuosa y comprometida que sus compañeros los
hombres de trono. Ahí es nada.
Por
tanto, las mujeres al poder, y lo dice un hombre de trono, bien en tronos
mixtos o bien en tronos exclusivamente femeninos, y así podremos erradicar el
fantasma de la crisis bajo los varales. Que haberla la hay, no nos engañemos ni
vivamos en una burbuja que no nos deje ver la realidad.
Ya sólo falta que haya más mujeres en el cargo de hermana mayor,
porque a día de hoy sólo hay tres o cuatro, entre ellas mi amiga Estrella de la
hermandad Verdad y Sagrario.
4.-
Y voy terminando porque prometí brevedad y voy a cumplirlo.
Termino de nuevo con el Papa Francisco, que quiere que la iglesia
sea avanzadilla en todos los frentes.
"Lo que la Iglesia necesita con
mayor urgencia es capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones.
Cercanía. Proximidad. Como un hospital de campaña tras una batalla".
Eso
debemos de ser los cofrades, sanadores de las heridas del corazón, y en el caso
de nuestra presencia en las calles, expandamos como el incienso, consuelo,
ilusión y alegría, a todos y cada uno de los que nos miran, de los que nos
vean, de los que rezan, de los que ríen, de los que se mofan, de los que
fotografían, de los que pasan por medio; de todos y cada uno que nos
encontremos en nuestro peregrinar nazareno.
Seamos
los cofrades consuelo de esa anciana que se asoma medio escondida por la
cortina de la ventana de su salón y que tal vez lanza una oración furtiva a la
Virgen de Dolores de San Juan, pidiéndole poder repetir el encuentro el año
próximo.
Seamos
los cofrades fuente de curiosidad para esos niños que se alegran de ver la
Pollinica cabalgando por la calle Madre de Dios, cogidos de las manos de sus
padres entre nerviosos y sorprendidos.
Seamos
los cofrades un guiño de complicidad para esas parejas de novios que ven
aparecer blanca y radiante a la Novia de Málaga.
Seamos
los cofrades luz que ilumina la oscura calle Lagunillas o la estrechez del
adoquinado de San Agustín
Seamos
los cofrades motivo para que vendedores ambulantes de todo tipo puedan
subsistir durante unos pocos de meses.
Seamos
los cofrades motivo para el reencuentro con esos amigos o conocidos que sólo
vemos en Semana Santa, casi siempre al a misma hora y en el mismo lugar, como
por arte de magia.
Seamos
los cofrades contraste entre el barroco andaluz y la ciudad moderna, como
cuando Dolores y Esperanza corta la respiración y el tráfico por la estación de
autobuses.
Seamos
los cofrades, fuente de inspiración para saeteros, rapsodas y todo tipo de
artistas, que se desgarran por seguidillas y martinetes desde balcones o a pie
de trono.
Seamos
los cofrades motivo añadido para tener una ciudad bonita, cuidada, limpia, sin
cables descolgados que molesten a los palios, sin agujeros en el asfalto, sin
coches mal aparcados.
Seamos
los cofrades sustento para familias necesitadas.
… Y
seamos los cofrades Iglesia peregrina que toma la cruz del Señor y lo sigue por
todos los rincones de nuestra bendita tierra.
MUCHAS
GRACIAS.
.
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