lunes, 11 de julio de 2016
El Cotolengo y The Hole Zero. Dos maneras de entender la vida.
Partiendo de la base de que cada cuál es libre de ir donde le plazca, y que el circo puede ser cultura y genera empleo, me permito compartir esta foto en que se enfrentan cara a cara, en las dos aceras del Paseo Marítimo de Huelin, un centro asistencial benéfico, El Cotolengo, que lleva en Málaga medio siglo día tras día, cuidando a los más necesitados en base al amor al Sagrado Corazón de Jesús, y por el otro lado, un circo-cabaret que aparece por Málaga, como las medusas, cada mes de julio, y que se caracteriza por el mal gusto de la publicidad que lo anuncia y que hace suponer de qué va el tema.
Por un lado, una foto de dos tipos, de los cuales uno toca los genitales a otro en una pose de pesadilla, y por otro lado una lona del Año de la Misericordia.
Por un lado, muchos focos, luz y ruido, y por el otro lado, poca luz, menos presupuesto pero mucho cariño y comprensión.
El circo se largará pero el Cotolengo seguirá todo el año, allí, junto al carril bici y un aparcamiento polvoriento. A todos los que habéis ido o iréis al The Hole, os invito a que una tarde os vayáis a merendar con los ancianos del Asilo. Es gratis. No hay que hacer cola. No hay que vestir de gala. No hay que soltar 30 euros o más. La experiencia es enriquecedora.
Y a los gerentes de The Hole, actividad que respeto pero no comparto, les invito a que donen la recaudación de alguna función a sus esporádicos vecinos del Cotolengo, por los perjuicios en ruido que están padeciendo. Seguro que leen esto y toman buena nota.
Entonces The Hole Zero se convertiría en The Hole of the Heart. Por cierto, que regalo gratis la idea para el nombre del año que viene.
Magnífico artículo, Jose
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