Sin duda, la noticia del verano cofrade ha sido la intención de las hermandades de Humildad y Paciencia y de Mediadora de pedir el ingreso en la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga. Dos cofradías con muchos elementos comunes, pero por otro lado, dos estilos distintos en la forma de procesionar o relacionarse con su entorno, lo que nos habla de la riqueza y variedad del fenómeno cofrade en la ciudad.
Para los menos duchos en la cuestión, la Agrupación es un ente creado en 1921 que organiza los desfiles del centro de la ciudad, y de la que forman 39 miembros. Por otro lado, en la ciudad existen algunas cofradías de Pasión que no forman parte de este grupo ya que son de reciente creación, y en el caso de las dos que nos ocupan, incluyen la novedad de tener su sede canónica en barrios sumamente distantes del centro, como son el sector Cruz de Humilladero y el distrito Carretera de Cádiz.
Pues bien, Humildad y Paciencia ya ha ratificado en cabildo de hermanos su deseo de ingresar en este grupo selecto, y del mismo modo Mediadora lo tratará el próximo 6 de septiembre. Luego vendrán los trámites y requisitos y la negociación a varias bandas, ya que por un lado está el Obispado, por otro la propia Agrupación, y ya en concreto las hermandades de la jornada en que deseen incorporares las nuevas fraternidades, añadiendo el matiz para Mediadora del plácet del Cabildo Catedralicio, ya que su anhelo incluye hacer Estación en la Catedral, y así itinerar de la parroquia de la Encarnación a la Basílica de la Encarnación.
El hecho de ingresar en este colectivo tiene sus ventajas e inconvenientes, aunque si me lo permiten voy a empezar primero por los segundos para terminar con los beneficios, y luego sopesaré en una balanza ambos parámetros para ver hacia dónde se inclina el fiel. Me centro en la hermandad Mediadora, ya que pertenezco a ella desde su fundación.
Así, si se entra en la Agrupación, Mediadora deberá cambiar de jornada procesional, de horario, de recorrido, de tiempo de estancia en la calle y seguramente de bandas de música. O sea, que de un año para otro deberá cambiar la tarde-noche Viernes de Dolores (que es su fecha actual) seguramente por la tarde-noche del Miércoles Santo (cuestión por confirmar). Se pasará de una cómoda procesión de 5 horas y media a un ritmo pausado y recreándose en las curvas, por un inmenso itinerar hacia el centro con una eterna línea recta buscando la Alameda, pasando por zonas por las que nunca ha discurrido ni Mediadora ni ninguna otra cofradía. Por ello, deberá de olvidarse la estampa del Parque del Oeste, del barrio de la Paz, de Sixto, de la plaza Virgen Mediadora o de Frigiliana.
Estamos casi ante el único caso de una hermandad que por ahora sale en sentido contrario al centro, por lo que el cambio será radical, sólo pudiendo repitir las calles principales e imprescindibles del barrio como Manuel Altolaguirre, Lepanto, Trafalgar o Emilio Prados, para de inmediato buscar la zona de San Patricio en Huelin, la de la Estación, calle Ancha y el Puente de la Misericordia.
A todo este cambio y esfuerzo hay que añadir que los contrato/s con la banda/s se complicarán porque normalmente tienen cerradas toda la semana, a un precio normalmente superior que en las vísperas, y a todo ello hay que añadir que la procesión incluirá más trabajo tanto en las fechas anteriores y posteriores a la Semana Santa, frente a la comodidad de procesionar el Viernes de Dolores y tenerlo todo recogido el Sábado de Pasión y poder disfrutar de toda la Semana, con el trabajo ya hecho.
Por tanto, un ejercicio arriesgado que te obliga, como mínimo, a estar en la calle 4 ó 5 horas más, en parte en un territorio desconocido, con la obligación de cumplir unos horarios a rajatabla en el centro o la Catedral. Y claro está, al estar más horas, la actitud y comportamiento de los nazarenos (muchos de ellos niños) desciende en su nivel de concentración fruto del cansancio, y lo mismo en los hombres de trono que deberán realizar casi el doble de esfuerzo, aunque en este caso el factor velocidad de la marcha puede ir en beneficio más que en contra.
Así, un cúmulo de riesgos, que por otro lado, aportan gran número de beneficios, que es el turno de mencionar.
El primero y quizá el más concreto es que al estar agrupados se recibe un reparto de dinero de la sillas (mal llamado subvención) de unos miles de euros por trono. Es decir, que por una misma puesta en escena en un barrio no se recibe un euro, y por la misma por calle Larios se puede ingresar un cantidad que en muchos casos puede ser mayor que los gastos fijos de una hermandad (música, cera y flores).
Pero no todo es una cuestión monetaria, que también. Así, el estar agrupados te obliga a buscar el centro, y te acercas obligatoriamente a la Santa Iglesia Catedral, anhelo desde los comienzos como asociación de la actual hermandad, a la cual viene asistiendo de manera corporativa desde 2000 con su participación habitual en las procesiones del Corpus, Patrona o Patronos. En base a los vigentes estatutos se cumpliría uno de los fines primordiales de una estación penitencial.
Y claro, antes que por la Catedral se pasa por la Alameda y Larios, donde aparte de 20.000 sillas (muchas veces vacías según las horas) están retransmitiendo en directo a nivel local, andaluz, nacional y hasta internacional (via internet) media docena de emisoras televisivas. La marca Mediadora (valga la expresión) se sobredimensionaría en los medios llegando a mucha más gente, con una mayor calidad, lográndose así en parte uno de los fines primigenios de un culto externo.
Además, por extensión, en un horario vespertino las televisiones hablarían por activa y pasiva de una parroquia, un entorno y un barrio al que tal vez muchos no hayan ido nunca (por tanto otra plusvalía) hecho que se multiplica exponencialmente con las descargas en internet. Habría, por tanto, un antes y un después del paso por la bóveda de la Alameda, como en la soñada estampa subida al blog de la corporación, que en pocos años iría en beneficio de un notable incremento del número de hermanos, para participar en el reto de bajar como penitentes al centro o bien portando el trono. Esto no es una hipótesis ya que se ha verificado con el caso de Nueva Esperanza, que en una década multiplicó por 5 el número de hermanos de cuota y de participantes en su cortejo.
Por tanto, mayor difusión, y no sólo el día de la procesión, sino en otros muchos momentos anteriores y posteriores a la Semana Santa. Presencia (y no digo mayor presencia, sino presencia) en los coleccionables de prensa (el Sur para entendernos) para el que la Semana Mayor comienza el Domingo de Ramos, algo tan absurdo como obviar sin motivos, el resultado del Valencia- Bilbao en la crónica de los partidos de fútbol de primera y citar todos los demás, y tan triste como aquellos antiguos resúmenes de fútbol (y continuo con el balompié) en que no habían grabado uno de los goles por distracción o error.
Presencia en todas las promociones de pines, medallitas, llaveros, platitos, etc. etc. dónde del Guadalmedina para el oeste todo es territorio Comache, como dice un buen amigo.
Presencia simbólica al poder ser citados en el pregón oficial de Semana Santa, y no tan simbólica como la participación en la procesión del Resucitado o en el viacrucis de Cuaresma bien alumbrando o bien con la opción de que la imagen titular presida el mismo (cuando la haya, claro).
Existir en los libritos de itinerarios (y eso que últimamente algunos trabajos apuestan por las vísperas), pero no así en el itineario oficial de la Agrupación, y más aún, ser visibles para que tu titular opte a ser protagonista del cartel oficial o que tus enseres participen en exposiciones particulares o conjuntas en la sede de San Julián. Así, a botepronto, en la espectacular exposición por el Año de la Fe, están faltando de manera flagrante (y lo pongo en cursiva) varias piezas básicas de Mediadora, que son toda una aportación al patrimonio cofrade malagueño, como son la jábega en plata de ley, símbolo de la Salvación de la que María es puente hacia Jesús, así como las peculiarísimas ánforas octogonales diseñadas por Salvador de los Reyes para el trono de la Señora, y que son un perfecto contrapunto a la línea circular o ovalada del conjunto de jarras malagueñas, y finalmente los dos cuadros cerámicos que decoran la capilla, una vez más obras de Salvador, y que inciden en los dogmas marianos, del que la Mediación es el referente de futura aprobación en el siglo XXI.
Y hablando de dogmas y del Año de la Fe, Mediadora es una advocación propicia para haber estado presente (y no sólo en un besamanos) en la procesión magna de finales de Septiembre. Al no haber estado agrupados se ha perdido la opción de contar con esta advocación original y catequética como ninguna.
Por tanto, y voy concluyendo, si miro los dos fieles de la balanza, la inclinación es notoria (casi un 95 % frente a un 5%) de los beneficios frente a los inconvenientes. Sin duda, votaré que sí el próximo 6 de septiembre en el histórico cabildo que supondrán un antes y un después en la hermandad y en la parroquia, con el entusiasmo añadido de la próximo bendición del titular cristífero.
Mucho se ha leído del día de salida y de la utopía de bajar, hacer estación y regresar con orden, decoro y en un número suficiente. Esto abre otro debate y la gran novedad que esperemos suponga para Málaga una hermandad que sale de un barrio lejano, hace estación en la Catedral y posteriormente se encierra en algún templo o casa hermandad del centro, para regresar días después en traslado. Sin duda otro debate interesante en el que hay diversas opiniones, pero con claros referentes, por ejemplo, en la ciudad de Granada o Valladolid.
Así, cuando se apruebe la solicitud de ingreso (a esperar que sea por aclamación) la pelota está en el tejado del Obispado y la Agrupación. Bendito problema para una familia, el que se quieran unir nuevos hermanos en Cristo y Su Madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario