Dentro de los portales siempre nos podemos topar con alguna sorpresa cerámica. Es el caso del nº 5 de la calle Císter, justo enfrente de los jardines de la Catedral. Los gruesos cristales y los reflejos hacen complicada la visión desde fuera, pero si tenemos la suerte de que entra o sale algún vecino, podemos tomarnos la licencia artística de pedir permiso para poder admirar y fotografiar esta magnífica obra del maestro Pablo Romero. Se trata de una visión catedralicia justo desde aquel portal, realizada en el año 2000. La perspectiva es ciertamente novedosa y se sale de la consabida panorámica de la solitaria torre. Ya saben, no pasen de largo por el 5 de Císter, y sobre todo hay que felicitar a los que encargaron esta obra, que pese a ser privada hace aún más agradable el paseo por la ciudad, con una estampa parada en el tiempo, de hace ya más de una década.
No hay comentarios:
Publicar un comentario